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Estrategia imprescindible para derrotar a la izquierda radical

· Actualmente, en España, la izquierda radical, encabezada por el PSOE está en el poder, con el apoyo de otras izquierdas más radicales aún, como Sumar, ERC, BNG y Bildu y de los independentistas

By Enrique Sánchez Motos
martes 19 de agosto de 2025, 11:33h
Estrategia imprescindible para derrotar a la izquierda radical

Nada que ver con el PSOE de la Transición y ni siquiera con el PCE que aceptaba la bandera española roja y gualda y la Corona. Por ello, no cabe seguir acurrucados y temblorosos cuando esa izquierda califica a los de derechas de fascistas o franquistas. Ante ese hecho, al que se unen otras demagógicas acusaciones, suele proponerse una estrategia, a la que cabría denominar de “Ataque por los FLANCOS” y que podría resumirse en lo argumentos siguientes:

“Hay gente que es imposible convencer porque considera que la ideología de la izquierda es parte de su identidad y que si cuestionas la ideología lo interpretan como un ataque directo personal a ellos mismos.

Por eso, el ataque directo, aunque sea con argumentos lógicos no sólo es inútil, sino que hace que se enroquen aún más.

La estrategia más útil es plantearles cuestiones y que al final ellos caigan en sus propias contradicciones. Por tanto, habría que evitar las palabras despectivas o los ataques directos”.

No comparto esa estrategia de desgaste, en la época que estamos y en las circunstancias actuales de España. Considero mejor un “ataque FRONTAL” lo cual no implica faltar el respeto a las personas de izquierdas pero que no renuncia a denunciar que considera que su ideología no es respetable.

En apoyo de esa línea estratégica, cabe argumentar que siempre ha habido gente difícil de convencer porque no quieren reconocer la importancia de las ideologías y de los valores que conllevan y por ello no quieren ni siquiera escuchar los razonamientos que las critiquen.

Eso es especialmente frecuente en la izquierda ideológica, pero también la derecha es culpable, por sus silencios, de que la mentira fundacional y clave de la izquierda siga siendo esgrimida y aplaudida como un valor de referencia. Me refiero al marxismo, que es el núcleo de la izquierda, cosa de la cual la derecha no fue, ni es, consciente, en general. No criticar al marxismo es un grave punto débil de la derecha y de todo demócrata y no solo en España.

En la época de Franco no se nos enseñó lo que era el marxismo y, tras la Transición tampoco. Por ejemplo, se aceptó que se loara a los Brigadistas Internacionales, pero no se decía nada de, o incluso se denostaba, a los miembros de la Legión Cóndor Alemana o del Cuerpo de Voluntarios Italianos que lucharon en el lado de Franco y que también dieron su vida en España. Fueron una valiosa ayuda para la victoria, que al final se consiguió, contra el marxismo revolucionario y su dictadura del proletariado, ideología que personificaron Largo Caballero y Negrín, los dos presidentes de Gobierno del lado rojo durante la lamentable Guerra Civil.

Tras la llegada de la democracia se intensificó la presencia de profesores marxistas en la universidad, o al menos de profesores incapaces de criticar al marxismo. Se consideraba muy progresista ser antifranquista, muchos lo fuimos, y ser marxista, o al menos connivente con los partidos marxistas.

La Caída del Muro no llegó hasta 15 años después de la muerte de Franco, pero la Boina del Che Guevara siguió siendo aplaudida durante mucho tiempo después y aún hoy lo sigue siendo. Todo ello fue dando lugar a que la Universidad hoy en día, no sólo en España, esté muy infiltrada por profesores marxistas, o que siguen aplaudiendo al marxismo, aunque lo consideren caducado. Y algo similar ocurre en los medios de comunicación.

Por otra parte, tildar hoy en día, en 2025, a algún político de marxista (Yolanda Díaz, Pablo Iglesias, Zapatero o Pedro Sánchez, etc.) sigue siendo considerado por muchos como una alabanza y un honor, mientras que si a algún político se le tilda de fascista o franquista se toma como un insulto vergonzante.

La herida ideológica, en España, sigue siendo una herida mal cerrada y de graves consecuencias. Por ello mi tesis es rotunda: mientras que no se critique frontalmente y con firmeza al marxismo no se conseguirá vencer realmente a la izquierda. Es necesario ser capaces de salir a la calle para decir "el marxismo es una ideología criminal" y que todo aquel que no comparta esta idea es o bien cómplice de sus crímenes o bien un ignorante de lo que es el marxismo, lo cual suele ser lo más frecuente.

El marxismo es inseparable del manifiesto que en 1848 publicaron Marx y Engels, el Manifiesto Comunista. Ese texto, que equivale al catecismo marxista, es claramente antidemocrático y su aplicación siempre se ha plasmado en dictaduras policiacas y criminales. Por ello, no hay que tener el menor reparo en decírselo a quienes se consideran de izquierdas a la vez que se les deja claro que todo aquel, tanto de derechas como de izquierdas, que sea capaz de denunciar al marxismo como ideología criminal es bienvenido en el lado de la democracia auténtica.

Pedro Sánchez, tras Zapatero y su Memoria Histórica y la pasividad de Rajoy, ha colocado a España ante la necesidad de una nueva transición y, tal vez, de una reforma constitucional que recomponga el espíritu con que se aprobó de forma rotunda la Constitución en 1978. Felipe González promovió y logró, en septiembre de 1979, la renuncia del PSOE al marxismo. Sin embargo, desde Zapatero los hechos han puesto en innegable evidencia que el PSOE, de facto, no ha renunciado ideológicamente a él y eso es un veneno que afecta profundamente a nuestra democracia.

La derecha y todos los demócratas debemos exigir claridad ideológica, visión de Estado y voluntad de hacer una España unida en la que todos, o la gran mayoría, nos sintamos hermanos y españoles, como ocurrió en 1978, Eso es incompatible con guardar silencio ante el marxismo. Mientras que se deje a la izquierda gozar del privilegio de acusar de fascista a la derecha y mientras que esta no sea capaz de replicarle que el marxismo ha sido peor que el nazismo y que el fascismo, no se podrá derrotar a la izquierda de forma auténtica y completa.

El tema ideológico no es un asunto menor. La derecha debe decir con firmeza a la izquierda que renunciar al marxismo es un requisito ideológico clave para ser aceptada como opción democrática. Es un error estratégico grave para todo partido democrático dejar fuera de la contienda electoral la denuncia del marxismo. En España no cabe postergar más el ataque frontal a esa ideología perversa culpable de haber causado al menos más de 110 millones de víctimas.

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