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El legado del pintor Alfredo Ramón, aún en el aire

El legado del pintor Alfredo Ramón, aún en el aire

· Por J. Nicolás Ferrando, director de Artelibro Editorial

El 21 de agosto de 2025 se cumplen 103 años del nacimiento del pintor Alfredo Ramón y, sin embargo, su valioso legado, custodiado por Linda Hament, sigue en el aire. Una colección muy apreciada en los Estados Unidos que todavía busca un emplazamiento público o privado donde pueda conservarse y abrirse al disfrute de las próximas generaciones. Alfredo Ramón supo captar como nadie un Madrid hoy desaparecido, un patrimonio visual que no podemos permitirnos perder. Lo hizo además de manera pionera, antes de que se popularizara el uso de fotografías antiguas para ilustrar la historia de la ciudad. Sus lienzos figurativos, centrados en fachadas, balcones, comercios y rincones urbanos, constituyen un verdadero tesoro documental y artístico.

En los últimos años se han dado pasos importantes para rescatar la imprescindible figura del pintor. En 2018, el Ayuntamiento de Madrid colocó una placa romboidal en el edificio del distrito de Chamartín donde tuvo su estudio. Y entre 2018 y 2023, numerosas obras de Alfredo Ramón sirvieron como contraportada de los títulos de la colección 21 distritos, 21 libros, publicados por Artelibro Editorial, contribuyendo así a difundir su obra y mantener viva su memoria.

En 2023, gracias a las gestiones del portavoz del PP y concejal de Carabanchel, Carlos Izquierdo, se dieron los primeros pasos para salvar la antigua Capilla de los Lujanes, dentro de la Quinta de Vista Alegre, donde Alfredo Ramón pintó unos frescos de grandes dimensiones por encargo del prestigioso fresquista Ramón Stolz. Aquella intervención temprana de Alfredo Ramón, vinculada a uno de los conjuntos monumentales más notables, aunque olvidados de Madrid, confirma la importancia de preservar su obra en un marco patrimonial digno.

Un año más tarde, en 2024, Artelibro Editorial publicó el primer libro monográfico sobre Alfredo Ramón, que firmé junto a Linda Hament y José María Sánchez Molledo. La obra contó con un prólogo de Carlos Izquierdo y fue coronada con un bello poema de Alberto Morate. El libro se presentó el 28 de enero de 2025, en la Quinta de Vista Alegre, coincidiendo con el décimo aniversario de la muerte del pintor. Fue un acto cargado de simbolismo, pues en aquel mismo espacio había dejado su huella artística décadas atrás.

Sigue pendiente una gran exposición que Alfredo Ramón merece en la Quinta de Vista Alegre, un espacio que, integrado ya en la marca cultural Distrito 11, comienza a recuperar el esplendor que un día tuvo. No hay lugar más idóneo que ese para rendir homenaje a un pintor que, desde sus lienzos y frescos, supo atrapar la esencia de Madrid en un tiempo de cambios y pérdidas, y que aún hoy nos interpela con la fuerza de lo irrepetible. Esperemos que más pronto que tarde la podamos conseguir.

Porque, a pesar de todos los avances logrados, lo esencial continúa sin resolverse: dar un destino estable y accesible a la colección de Alfredo Ramón. Madrid, ciudad que él inmortalizó con delicadeza y rigor documental, tiene una deuda con su memoria. Salvar su legado no es solo una cuestión de justicia artística: es una obligación moral con la historia y con las generaciones futuras, que merecen reencontrarse en sus cuadros con un Madrid que ya no existe, pero que gracias a su inconfundible mirada seguirá vivo para siempre.

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