David Colomer, CEO de IPG Mediabrands Iberia, recogía sus palabras y destacaba que “el verdadero reto no está en dominar la tecnología, sino en mantenernos profundamente humanos en su uso. La IA amplifica lo que somos, y solo cultivando culturas de confianza, colaboración y propósito podremos asegurar que esta transformación nos refuerce como organizaciones y como sociedad”.
Colomer cedía su turno a Gonzalo Ortiz, Founder & Managing Partner de Singularity Spain, quien señaló que las ventajas competitivas que ofrece la IA, ya que esta permitirá resolver cualquier problema que se le plantee de forma inmediata, dando paso a una nueva era del conocimiento. Del mismo modo, recordó que “Quienes se adapten más rápido podrán liderar el cambio”, subrayando la urgencia de integrar la innovación responsable en la agenda empresarial.
La conducción del encuentro corrió a cargo de Cristina Lera, Chief Data & Tech Officer de IPG Mediabrands, quien destacó el papel del grupo como catalizador de cambio en un sector que vive una transformación acelerada.“Vivimos en una era en la que la velocidad del cambio tecnológico ya no es la excepción, sino la norma. Nuestro reto como industria es aprovechar esa velocidad para construir un futuro elegido por las personas, no dictado por algoritmos. En IPG Mediabrands trabajamos cada día para que la tecnología sea una herramienta de impacto real, capaz de impulsar crecimiento y, al mismo tiempo, reforzar lo mejor de nuestra humanidad”, señaló Lera.
El liderazgo del futuro
El programa contó con la participación de dos voces internacionales de referencia que ofrecieron visiones complementarias sobre los desafíos del liderazgo en la era de la inteligencia artificial.
Carme Artigas, Senior Fellow en el Belfer Center de Harvard y ex Copresidenta del Consejo Asesor de IA de Naciones Unidas, impartió la ponencia “La IA y el futuro de las organizaciones: Cómo seguir siendo relevantes”, en la que advirtió sobre el fenómeno de la hiperdisrupción.
Artigas explicó que, por primera vez, la tecnología está alcanzando territorios creativos que hasta ahora se consideraban exclusivos del ser humano, lo que abre un debate crítico en torno a la confianza y la credibilidad. A diferencia de otras olas tecnológicas, la inteligencia artificial actual plantea un reto inédito: puede seguir evolucionando sin intervención humana. Según Artigas, esta singularidad afecta a los fundamentos mismos de la democracia y obliga a las empresas a adaptarse a un nuevo paradigma de “trabajadores aumentados”, donde la gobernanza y el uso ético de los datos resultan esenciales para que la tecnología refuerce la agencia humana en lugar de sustituirla.
En este contexto, recordó la reflexión del pensador Jorge Wagensberg: “Cuando una sociedad encuentra respuestas a preguntas conocidas, evoluciona; pero cuando descubre nuevas preguntas, se produce una revolución”. Para Artigas, esa revolución ya está en marcha, y el verdadero valor de la inteligencia artificial no radica en las respuestas que aporta, sino en las preguntas que nos obliga a plantearnos.
Neurociencia “tecnológica”
La jornada concluyó con la intervención de Misha Byrne, Fellow Global de Liderazgo en Singularity University, neurocientífico y especialista en estrategias conductuales para potenciar el rendimiento. En su discurso “How to stay human in an exponential future” cuestionó las convenciones sobre la profesionalidad y el liderazgo, además de presentar la evidencia de las investigaciones en neurociencia que demuestran que los sistemas tradicionales suponen, a menudo, un obstáculo para el desempeño humano: “Aunque a menudo nos resistamos a las nuevas tecnologías como la IA, nuestro cerebro las acepta cuando funcionan, ya que la dopamina nos ayuda a adaptarnos mejor a ellas”, apuntó el experto.
Asimismo, Byrne reflexionó sobre las relaciones sólidas y las dinámicas de trabajo de carácter tribal que deben constituir la base del futuro laboral, a medida que avanzamos hacia un porvenir de crecimiento personal: “El humano no está diseñado para trabajar solo. Y es que, desde las épocas tribales, hemos tenido necesidades sociales y cognitivas. Es en la combinación de nuestro instinto de supervivencia y de nuestro sentido racional donde reside la capacidad de los grupos para adaptarse y crecer”, explicó.
A modo de conclusión, Byrne afirmó que el sentimiento de pertenencia a un grupo, un factor crucial para preservar el valor humano en la era de la IA, junto a la necesidad de disponer de un líder, son claves para la actuación humana.
Una alianza con visión de futuro
El encuentro HUMANx marca el segundo hito de un ciclo de actividades conjuntas en el marco de la alianza estratégica entre IPG Mediabrands y Singularity Spain que cuminará en el Singularity Summit Spain que se celebrará en Madrid los próximos días 12 y 13 de noviembre. Esta colaboración busca acercar el pensamiento exponencial y la innovación con propósito al ámbito de la comunicación, los medios y la transformación empresarial, con el fin de ofrecer a líderes y organizaciones herramientas prácticas para anticipar disrupciones y guiar procesos de cambio.
“Nuestra alianza con Singularity Spain nace de una convicción compartida: la innovación solo tiene sentido si se aplica con propósito humano y capacidad transformadora. Este encuentro es el comienzo de una agenda que seguirá inspirando, conectando y preparando a líderes para afrontar el futuro con responsabilidad”, afirmó Colomer en la clausura del evento. “Porque al final, no será la inteligencia artificial la que defina nuestro futuro, sino la inteligencia del liderazgo con que sepamos usarla”, añadió.