Este pasado 3 y 4 de octubre, se han celebrado en la República Checa las elecciones legislativas donde han sido elegidos los 200 miembros de la Cámara de Diputados de donde ha sido elegido el próximo primer ministro para los próximos cuatro años donde han estado llamados a las urnas 8 millones de ciudadanos checos. En las mismas participaban 26 partidos y coaliciones. Los umbrales establecidos por la ley electoral son de un 5% para partidos, un 8% para las coaliciones integradas por dos partidos, y un 11% como mínimo para las coaliciones de tres o más formaciones para poder entrar con representación en el parlamento checo. Por primera vez, ha sido posible el voto por correo para los aproximadamente 500.000 electores checos residentes en el exterior.
El vencedor de las elecciones ha sido el ex primer ministro y multimillonario, Andrej Babis, quien ya fuera anteriormente primer ministro de 2017 a 2021. El perdedor de las elecciones ha sido el conservador y europeísta, el actual primer ministro, Petr Fiala, quien votó en un colegio electoral de Brno. A pesar de la victoria de Babis, esta se ha llevado a cabo con una mayoría insuficiente para gobernar y requerirá formar una coalición de gobierno o bien gobernar en minoría con apoyo externo parlamentario. En sus primeras declaraciones se manifestó favorable por la segunda opción.
El partido de Andrej Babis, la Acción de Ciudadanos Insatisfechos (ANO, por sus siglas en checo), consiguió prácticamente el 35% de los votos frente al poco más del 23% conseguido por la alianza liberal de centro derecha Juntos (Spolu) liderada por el actual primer ministro, el conservador Petr Fiala.
El partido ANO defiende un ideario soberanista y eurocrítico, esto es, un populismo de extrema derecha aunque su origen fue europeísta y liberal. Parece que contará con el apoyo de dos formaciones que ya han mostrado su apertura a negociar, a saber: el partido Libertad y Democracia Directa (SPD), de extrema derecha, eurófobo, prorruso y xenófobo, cuyo líder es Tomio Okamura, con casi el 8% de los apoyos, y la formación Los Propios Automovilistas (Motorisé sobe), liderada por Petr Macinka, con casi el 7% de los votos. Este último partido, defiende el plan de la Unión Europea de prohibir la venta de vehículos con motor de combustión desde 2035.
Otros partidos que también han superado el 5% necesario para entrar en la cámara baja del parlamento checo, han sido el partido liberal Alcaldes e Independientes (STAN), con un 11,1% de los votos y el Partido Pirata, con casi el 9% de los votos. Ambos partidos formaban parte del actual gobierno de coalición liderado por el primer ministro Petr Fiala. La alianza de socialdemócratas y comunistas ¡Ya basta! (Stacilo!) no alcanzó el 5% de los votos por lo que no contará con representación en el parlamento, y, por tanto, no podrá ser un socio de Babis.
Por otro lado, de lo que sí parece seguro es que no se dan las condiciones para una gran coalición formada por ANO y el Partido Cívico Democrático de Petr Fiala, pero lo que no puede descartarse es que ANO pudiera buscar el apoyo de STAN, un partido más liberal, municipalista y proeuropeo.
Por tanto, la consolidación de un bloque populista de derechas en Centro Europa integrado por Hungría, cuyos primeros ministros son Robert Fico y Viktor Orban respectivamente. Babis se ha mostrado durante la campaña partidario de reducir el apoyo militar a Ucrania. Debemos ser prudentes y esperar a ver si una vez en el gobierno el gobierno de Babis pasa realmente de las musas al teatro. Es preciso tener en cuenta que el partido ANO, tuvo un origen liberal y europeísta cuando fue fundado en 2012, y en la actualidad, no puede considerarse un partido de ultraderecha, aunque dio un giro en 2024, al cofundar Babis el grupo Patriotas por Europa. No obstante, Babis es un político bastante pragmático y todo a punta a que no llevará a cabo una política crítica con la Unión Europea. Veremos lo independiente que puede ser de los verdaderos extremos que encarnan el SPD, que defiende la salida de Chequia de la Unión Europea y la OTAN, y Los Propios Atomovilistas, que no apoyan medidas verdes. Conocido ya el resultado Babis expresó que su formación es claramente proeuropea y está a favor de la OTAN. Todos sabemos que muchas veces una cosa es lo dicho en una campaña y otra cuestión es cuando alguien tiene responsabilidades de gobierno como hemos visto, por ejemplo, en el caso de Fratelli de Italia, una vez después en gobierno con la primera ministra italiana Giorgia Meloni. Seguramente, Babis sabrá hacer ese encaque de bolillos y sabrá conjugar sus compromisos europeos y con sus aliados con su prioridad de solucionar los problemas económicos de los checos a los que prometió durante la campaña electoral impuestos más bajos, salarios y pensiones más altos y un crecimiento rápido de la economía. Para lograr todo esto, sin duda alguna, serán fundamentales los fondos provenientes de la UE.
En conclusión, tengo mis serias dudas que se produzca una consolidación de un bloque populista de derechas en Centro Europa, pues el grupo de Visegrado (integrado por Polonia, Chequia, Hungría y Eslovaquia) se encuentra hoy en día dividido y el europeísmo del presidente polaco Donald Tusk y su compromiso con el apoyo a Ucrania ante la amenaza rusa es más fuerte que nunca. Más bien, Andrej Babis, quien ha estudiado y trabajado en el extranjero sabrá poner en valor su experiencia empresarial al frente Agrofert y su experiencia previa como ministro de finanzas de 2013 a 2017 y de primer ministro de 2017 a 2021. Habrá que estar pendiente de si cumple su promesa de cancelar la iniciativa checa del presidente checo Petr Pavel de compra de proyectiles de artillería Ucrania en el mercado mundial. La Europa en la que fue primer ministro Babis hace cuatro años es distinta a la actual donde los retos a la seguridad no son los mismos, al no haber guerra en Ucrania, y al ser el inquilino de la Casa Blanca un presidente más propenso a la cooperación con Europa tanto en materia comercial como militar, que el presidente Donald Trump.
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