Tal y como van las cosas en estos momentos, es hora de comenzar a buscar puntos vista y soluciones más allá de lo políticamente correcto, especialmente el ámbito de las políticas públicas y sus presupuestos. Cuando el estado de bienestar pasa de ser el resultado de unas determinadas políticas eficientes a un mito o ideal fruto de una ideología que ignora la realidad de las cosas, tenemos un serio problema. Thomas Sowell es un buen punto de partida.
Hay mitos que, con el tiempo, se convierten en agenda de las políticas públicas y dan como resultado un rotundo fracaso en su puesta en práctica. Y por el camino se lleva un enorme presupuesto desperdiciado, ilusiones de técnicos y funcionarios, y miles de horas perdidas. Como afirmaba John Adams, los hechos son obstinados, y cualesquiera que sean nuestros deseos, nuestras inclinaciones o los dictados de nuestras pasiones, no pueden alterar el estado de la realidad ni la evidencia. Es lo que ocurre con el fracaso de la política educativa, los problemas con la universidad y el mundo académico, la planificación urbanística, la política de la mujer, las minorías raciales, o las políticas de cooperación y el Tercer Mundo.
En su libro La economía: verdades y mentiras, pone de manifiesto que una serie de mentiras que de dan por válidas. Las falacias ocultan imperativos prácticos e intelectuales. La diferencia entre las políticas económicas verdaderas y falaces que aplica un gobierno puede afectar al nivel de vida de millones de personas (junto con sus ahorros e ilusiones). Por eso, el estudio de la economía es importante, y dejar al descubierto las estas falacias es algo más que un ejercicio intelectual. Después de su éxito con Basic Economics ahora Sowell profundiza más en desmitificar esas leyendas que se crean en torno a materias de, por ejemplo, urbanismo, diferencias sociales entre hombres y mujeres, eficiencia de las universidades, distribución del ingreso, discriminación racial y ayuda al Tercer Mundo. En todos estos casos delata las mentiras de periodistas, políticos y académicos y el mal uso que hacen de los datos para crear una imagen del mundo que no es del todo cierta. Con su análisis mordaz y políticamente incorrecto, el autor desafía al lector a dudar de la información que recibe todos los días y a reinterpretarla. Aunque los temas tratados se centran mayoritariamente en Estados Unidos, el capítulo que más me ha llamado la atención es el dedicado al Tercer Mundo y las políticas de ayuda y cooperación. Perfecto para ciertas ONG´s y para los entusiastas de alianza de civilizaciones y proyectos milenios con sello “made in the West”.
Thomas Showell es uno de los pensadores y economistas estadounidenses más reconocidos. Tras el fallecimiento de Jean-François Revel, se ha erigido como uno de los máximos representantes que se oponen a la línea de pensamiento de lo «políticamente correcto». Se doctoró en Economía por la Universidad de Chicago en 1968 y, desde 1980, está vinculado a la Universidad de Stanford a través de The Hoover Institution. En 2002 recibió la Medalla Nacional de Humanidades. En español están publicadas tres obras: Discriminación positiva en el mundo (Gota a Gota, 2006) y La economía: verdades y mentiras (Deusto, 2008) y recientemente Economía básica (Deusto, 2013).
- FICHA EDITORIAL
- Autor: Tomas Sowell
- Editorial DEUSTO
- 260 páginas