CON SOLICITUD DE BAJA DEL PARTIDO
|
José Luís Ainsúa Díaz-Peña fue fundador de la Plataforma Pro y UPyD. |
Carta abierta a UPyD
Por José Luís Ainsúa Díaz-Peña, ex-fundador de la Plataforma Pro y UPyD
martes 11 de noviembre de 2014, 10:20h
- "O las razones por las que los propios fundadores del partido reniegan ahora del mismo".-
Publicamos, por su indudable interés, la carta que nos remite D. José Luís Ainsúa Díaz-Peña, ex-fundador de la Plataforma Pro y UPyD, en el que detalla algunas razones por las que considera que el partido se ha ido alejando poco a poco de los postulados que posibilitaron su nacimiento. En un momento político como el actual, convulso y pleno de necesidad en el debate abierto para que la Sociedad española pueda construir en positivo, hemos considerado del máximo interés la publicación de este documento lleno de sinceridad y necesaria autocrítica.
En la actualidad, se entiende que la democracia es un sistema que permite organizar un conjunto de individuos, en el cual el poder no radica en una sola persona sino que se distribuye entre todos los ciudadanos. Por lo tanto, las decisiones se toman según la opinión de la mayoría.
También se entiende como democracia al conjunto de reglas que determinan la conducta para una convivencia ordenada política y socialmente. Se podría decir que se trata de un estilo de vida cuyas bases se encuentran en el respeto a la dignidad humana, a la libertad y a los derechos de todos y cada uno de los miembros.
En esto creíamos la treintena de personas que nos reunimos en 2007 aquella fría tarde de invierno en el Hotel Costa Vasca de San Sebastián para encender la primera mecha de lo que un futuro sería UPyD. Y cuya decadente situación actual ha ido alejando a muchas de esas personas que creamos el propio partido, a medida que éste también se ha ido alejado de sus orígenes. Por esto, yo mismo me he dado de baja de UPyD.
El que me llevara de la mano a esta reunión hace siete años en la capital guipuzcoana fue Fernando Maura Bariandarán. A otros tantos les conocía de toda una trayectoria política, como Ignacio Latierro, ex-militante activo del PCE-EPK (Partido Comunista de España) y del PSE-EE; gran persona y mejor político, que sufrió durante mucho tiempo las embestidas de ETA, ya que él y su familia tienen una librería en la Parte Vieja de Donostia. Luego sería parlamentario del PSOE-EE. Otra buena persona y con un conocimiento envidiable del mundo sindical es Javier Arrizabalaga, dirigente de CC.OO. y exmilitantes de Euskadiko Ezkerra, en San Sebastián. Hombres como Juan Luís Fabo, antiguo sindicalista de CC.OO. de la Federación de Enseñanza de Guipuzcoa, hoy responsable de organización de UPyD y representante en la Asamblea de Madrid. Carlos Martínez Gorriarán, profesor de la Universidad Pública de Euskadi y dirigente de “Basta Ya”, hoy diputado de UPyD. Mikel Buesa que abandonó pronto el partido por no compartir el modelo económico que UPyD presentaban. Y Rosa Díez, ya conocida por todos. Otros compañeros provenientes de lugares tan distintos como Valladolid, Madrid, Asturias, etc. Y así hasta los “treinta y cinco”, la mayoría de Euskadi.
Debatimos sobre la necesidad de crear una fuerza política a nivel nacional basada en varios pilares: la lucha contra ETA y sus acólitos y las políticas que PSOE, PP y PNV llevaban para con los terroristas, así como un nuevo modelo de entender la política nacional y autonómica, mediante la regeneración democrática y las nuevas formas de entender la participación interna y organizativa, entre otros.
Una de nuestras primeras preocupaciones era la de controlar el nuevo partido. De ahí la plataforma PRO, previa a lo que luego ha sido UPyD. Lo que no se podía saber era por qué derroteros trascurrirían esas primeras formas de entender el control de un partido. El primer síntoma de lo que sucedería en un futuro cercano fue el desencuentro con Ciudadanos y Albert Rivera en las primeras elecciones autonómicas de Cataluña a las que concurría UPyD. El hecho de no llegar a ningún acuerdo con Ciudadanos fue el síntoma que empezó a dejar ver que el control de UPyD solo era cosa de unos pocos. Hoy colocados políticamente…
Desde los primeros momentos de la creación de UPyD se hizo notar la falta de democracia interna (al menos como yo la entiendo) pues puedo hablar en mi nombre como cofundador de esta organización y habiendo pasado por distintos cargos del partido como candidato al Senado y delegado de Álava, candidato a la alcaldía de Palencia, miembro del primer Consejo Nacional y delegado local de Palencia. Donde se me ha ido haciendo desaparecer sin que yo tuviera conocimiento previo a estos hechos.
Pero algo que también hace que tome la decisión de darme de baja de UPyD es la forma de entender la participación interna en el partido en los distintos niveles de su estructura, basada en una fórmula que para nada es democrática, dado que solo cuenta con aquellos afines al sistema y alejando a los críticos. Eso es lo que yo he sufrido de forma permanente y sistemática en estos últimos años.
La última prueba de ello es la salida de Sosa Wagner del Parlamento Europeo tras retírale UPyD la confianza de la portavocía. A pesar de lo aprobado por el Consejo Político Extraordinario de septiembre que solo pretendía dejar claro cuál era la postura de Rosa Diez sobre Ciudadanos y Albert Rivera, ya que a nadie de los que formábamos UPyD se nos escapa que el ultimo consejo político es un órgano mayoritariamente a fin a Rosa Díez, Martínez Gorriaran, Juan Luís Fabo y pocos más. Lo que supone que oponerse a la líder es jugarse los puestos de salida en las próximas elecciones locales y autonómicas. Y es que algunos tienen un concepto sui generis de la democracia interna. En la que oponerse a los planteamientos de la líder es jugarse los puestos de salida en las listas electorales. Y como muestra, podemos remitirnos al Consejo Extraordinario de UPyD celebrado en septiembre de este año con motivo de las opiniones de Sosa Wagner, eurodiputado y portavoz elegido en primarias por todos los afiliados/as de UPyD, se debate un documento que no se puede enmendar en ninguno de sus apartados, ni puede presentarse texto alternativo alguno; tan solo intervenciones poco afortunadas por las descalificaciones al promotor de las opiniones no coincidentes con la líder y el ideólogo de la política de UPyD. Como segunda muestra: El cabeza de lista en las distintas elecciones se elige en primarias, si, pero el resto de la lista no va en función de los siguientes en votos obtenidos. Si no los que decida el cabeza de la misma o la dirección de UPyD. ¿Cómo es posible hablar de democracia en un partido donde el máximo órgano de dirección (consejo político) que se elige en los congresos y al que se pueden presentar distintas listas solo salga elegida una, independientemente de los votos que hayan tenido las demás, sin tener en cuenta los porcentajes de las otras?. Eso se llama “dirección monolítica”.He aquí el ejemplo. (De tres listas presentadas, dos de ellas consiguen el 33% de los votos cada una, sumando un 66% de los apoyos, mientras que la tercera aglutina el 36% de los votos, alzándose esta última con el consejo político.) Esa no es la forma de entender la democracia interna en un partido que pretende la regeneración de la misma.
Por estas razones me he dado de baja en UPyD, porque yo creí en la regeneración democrática y la participación interna democrática. Porque creí en un partido emergente capaz de recoger las necesidades y demandas del pueblo harto del bipartidismo, soberano y democrático y no en un partido que solo aspira a mantener el estatus de unos pocos y exclusivamente centralizados. Los demás, plebeyos al servicio de hacer número para la opinión pública.