RESPETADA POR SU SU HONESTIDAD Y CAPACIDAD DE TRABAJO
Dilma Rousseff, presidenta de Brasil para el periodo 2015-2018
Con su asunción este jueves se extienden a cuatro los periodos de gobierno del proyecto petista iniciado por el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva
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Portal de la Franja y la Ruta (Agencia Xinhua)
viernes 02 de enero de 2015, 23:34h
BRASILIA.- (Xinhua) -- La presidenta brasileña Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), asumió hoy su segundo mandato de cuatro años con los desafíos de revertir el estancamiento económico, combatir la corrupción y mantener las políticas sociales. Rousseff, la primera mujer en ocupar la presidencia de Brasil, fue reelecta en octubre pasado en los comicios más disputados desde el regreso de la democracia en 1985 y enfrenta ahora una oposición fortalecida en el Congreso. En su primer mensaje al pueblo brasileño de su segundo periodo, la mandataria se comprometió a no dar "ningún paso atrás" en las conquistas y derechos sociales obtenidos en los últimos años. "Vamos a hacer ajustes en la economía sin afectar derechos conquistados o traicionar compromisos sociales", subrayó.
Para revertir el bajo crecimiento económico, la presidenta eligió a un economista de perfil conservador, Joaquim Levy, quien llevará a cabo un duro ajuste fiscal para reequilibrar las finanzas públicas. Rousseff, de 67 años, obtuvo un segundo mandato para el periodo 2015-2018.
El PT reivindica que desde 2003, las acciones gubernamentales contribuyeron para retirar a 36 millones de personas de la miseria, elevar otros 42 millones a la clase media, generar millones de empleos y duplicar el número de jóvenes en la educación superior.
A partir de su llegada al poder federal en 2003, el partido gobernante se convirtió cada vez más en una fuerza con mayor presencia nacional, al ganar una base social en las regiones más pobres de Brasil, como el noreste y el norte. Respetada por su honestidad y su capacidad de trabajo, Rousseff tendrá como un gran desafío revertir el débil crecimiento económico de su primer mandato.
Según la presidenta, en los últimos cuatro años se sentaron las bases para un nuevo ciclo de crecimiento, con la creación de más de cinco millones de empleos formales, la valorización permanente del salario mínimo y el impulso al sector de infraestructura.
A pesar de enfrentar una ola de protestas sociales a mediados de 2013 y la falta de apoyo a sus propuestas por sectores aliados en el Congreso, la presidenta logró consolidar su liderazgo, con importantes triunfos, como un gran impulso a la educación de alto nivel y una exitosa Copa del Mundo 2014, pese al retraso en la entrega de obras en los estadios.
Rousseff amplió los programas sociales con el aumento de los beneficios del programa Bolsa Familia, el cual otorga una renta mínima a más de 13 millones de familias en todo el país, y la creación del programa Brasil Sin Miseria, con el objetivo de erradicar totalmente la pobreza extrema en el país.
Otros programas que se destacaron en su primer mandato son Ciencia sin Fronteras, con la meta de enviar al exterior a 100.000 estudiantes brasileños a hacer cursos de posgrado, y Más Médicos, que colocó 14.000 profesionales de salud en los lugares más pobres del país.
Para estimular el crecimiento económico, la gestión de Rousseff lanzó una sucesión de iniciativas con estímulos fiscales, subsidios y facilitación del crédito para las empresas.
A partir de 2013 se iniciaron varios programas de concesiones en el sector de infraestructura, con el fin de atraer inversiones privadas en aeropuertos, puertos, rutas, ferrocarriles, energía y petróleo.
Nacida en el estado de Minas Gerais en el seno de una familia de clase media formada por un inmigrante búlgaro y una brasileña, Rousseff tiene una trayectoria marcada por su militancia contra la dictadura militar que gobernó el país de 1964 a 1985, y por su actuación en el servicio público tras el regreso de la democracia.
En su juventud participó en las organizaciones armadas de la resistencia al régimen de facto conocidas como "Colina (Comando de Liberación Nacional) e VAR-Palmares (Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares)", fue presa, torturada y pasó tres años en prisión a comienzos de los años 70.
Tras haber estudiado Economía, ocupó a finales de la década de los 80 la Secretaría de Minas y Energía del gobierno de Rio Grande del Sur, tras lo cual ganó proyección nacional en esa área y la mostró como una gestora eficiente.
Afiliada al PT desde 2001, fue ministra de Energía durante el primer mandato de Lula da Silva a partir de enero de 2003, con la aplicación de una amplia reforma en el sector, tras lo cual ocupó la jefatura de gabinete del gobierno desde junio de 2005.
En ese cargo tuvo bajo su mando las principales acciones del Ejecutivo en el segundo mandato del ex sindicalista, al destacar en la coordinación del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), el ambicioso plan de inversiones en infraestructura de saneamiento, viviendas, transporte, energía y recursos hídricos.