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HEGEMONÍA CHINA

Las tensiones en el mar de la China

Las tensiones en el mar de la China

· Por José E. Mosquera (Twitter: @j15mosquera)

By José E. Mosquera
jueves 02 de junio de 2016, 09:49h
El mundo asiste a otro foco de tensiones geopolíticas y militares en el mar del sur de China donde China rivaliza con Japón, Australia, Vietnam, Taiwán, Filipinas, Brunéi y Malasia por el dominio geoestratégico de aquella zona, especialmente de los archipiélagos de Paracelso y Spratly y sus zonas económicas. Un mar que hace parte de la Gran Cuenca del Pacífico, delimitado por la costa oriental asiática desde Singapur hasta el estrecho de Taiwán, las islas de Borneo y el archipiélago de las Filipinas. Abarca una extensión de más de tres millones y medio de km², un área más extensa que el mar Mediterráneo y el golfo de México. Es el punto de unión de los Océanos Índico y Pacífico, y baña las costas de China, Indonesia, Filipinas, Singapur, Brunéi, Camboya, Malasia, Taiwán, Vietnam y Tailandia.



De su entramado geográfico hacen parte los archipiélagos de Paracelso y Spratly, disputados por seis países, los cuales tienen un enorme valor estratégico y económico. Las disputas por el control de estas islas son ancestrales. China y Taiwán alegan dominios milenarios, pero Vietnam refuta sus alegatos sosteniendo que desde hace más de diez siglos tienen dominios sobre ellos. Los tres reclaman los dominios absolutos sobre las islas. Entre tanto, Malasia, Filipinas y Brunéi, consideran que les pertenecen porque están dentro de sus zonas económicas exclusivas de acuerdo con lo estipulado en la Convención del Mar.

Llitigios que se han incrementado como consecuencia de los nuevos derechos marítimos reglados en la Convención del Mar y por la entrada en escena de los intereses estratégicos de Estados Unidos, aliado de los cinco países que rivalizan con China. Ahora este mar no solo tiene una importancia por las grandes reservas de petróleo, gas y pesca que posee, sino porque por sus aguas se mueve un tercio del tráfico marítimo mundial; el 80% de los suministros de petróleo de China, el 60 % de los abastecimientos de Japón y Taiwán y más de dos tercios del que consume Corea del Sur. En fin es una de las rutas marítimas claves en los intercambios comerciales entre el Asía del este, Europa, África e India.

De allí se desprenden las tensiones que han surgido entre estadounidenses y chinos por el dominio estratégico y militar de esta zona del Pacífico. Los chinos consideran aquellos islotes como puntos estratégicos para sus cinturones de seguridad en su política de defensa militar en el Pacífico.

Por eso los comandos militares de Estados Unidos desde hace rato prendieron las alarmas por las construcciones de unas islas artificiales por parte de China en las áreas adyacentes a los archipiélagos en disputas. El propósito de los chinos con las islas artificiales son los de instalar bases militares dotadas de modernos sistemas de radares y de misiles teledirigidos. Es claro que las construcciones de sus sistemas de defensa en islas artifíciales, implican ampliar sus áreas de control y defensa aérea y marítima, y a la vez, se constituyen en pasos determinantes en el desarrollo de su nueva doctrina militar.

Por su puesto que Estados Unidos no solo está alarmado por los sistemas de equipamiento militares de China en las zonas en litigios, sino que les ha advertido que no les reconoce soberanías sobre las islas artificiales en las áreas en litigio con Vietnam, Filipinas, Malasia y Taiwán.

Los chinos sostienen que tienen derechos a instalar sistemas de defensa en su territorio. Además, abogan por la libertad de navegación en la zona. Sin embargo, se opone a que Estados Unidos y sus aliados cuestionen su soberanía y su seguridad estratégica con el sofisma de la libertad de navegación.

En respuesta a las advertencias de la Casa Blanca, los chinos han aumentado su poderío aéreo y naval con miras a defender los territorios en litigios. Acusan a la Casa Blanca estar detrás de la militarización de la región en la búsqueda de su dominio absoluto a través de sus aliados. En Conclusión: China no solo rivaliza estratégicamente a Estados Unidos en el Pacífico, el Índico, África, América Latina y en los conflictos del Medio Oriente, sino en el parto de poderes en los organismos multilaterales, en la búsqueda de la definición de un nuevo orden mundial.


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