LA ATALAYA DE ELDA
Berlanga y las sombras chinas
· Por Vicente Vera
jueves 02 de junio de 2016, 09:56h
Cuando tengan este artículo entre sus manos, en la ciudad de Elda estaremos a punto de iniciar las fiestas más alegres y populares que se celebran en la ciudad desde 1946, aunque hay documentación y archivos que sitúan sus comienzos hacia mediados del siglo XIX. Son las Fiestas de Moros y Cristianos 2016 (
www.morosycristianoselda.es ). Desde Cambridge Circus les invito a darse una vuelta por las calles de la ciudad, repletas de vecinos y festeros con sus indumentarias respectivas, anunciando que, en esta tarde de jueves, con la entrada de bandas darán comienzo oficialmente estas fiestas en honor de San Antón, llenas de luz y de color, impregnadas siempre por la música que emana de los compases interpretados por todas esas bandas de experimentados músicos, tocando las clásicas y reconocidas marchas moras así como los sobrecogedores himnos épicos y marciales de raíz cristiana, emulando aquel ardor guerrero de la España de los siglos XV y XVI.
Con motivo de esta efemérides lúdica y festiva quería analizar, aunque sea superficialmente por motivos de espacio, la capacidad y potencia de nuestro sector turístico en la Comunidad Valenciana, es evidente que dicho potencial de crecimiento comprende todo el territorio nacional, pero es nuestra comunidad la que, por su especial idiosincrasia y sus recursos naturales y climatológico, concentra un mayor porcentaje de las visitas y de la demanda de ocio y turismo tanto de Europa como de otros destinos más lejanos, ya sea los mismos Estados Unidos o incluso China y Japón. Queda ratificado que el turismo de sol y playa sigue creciendo y mejorando sus servicios cada día. Al inicio les he hablado de las Fiestas de Moros y Cristianos, y quiero también aprovechar para recordar la gran importancia que tuvo nuestro director y cineasta mundialmente reconocido, Luís García Berlanga (1921-2010), y que tanto hizo por ensalzar las costumbres y el folclore valenciano, ahí tenemos la película homónima Moros y Cristianos (1987), además de ser el inspirador e impulsor de la Ciudad de la Luz y de la Escuela de Cine de Alicante como centro universitario en torno al Séptimo Arte.
Por todo ello sería muy deseable, sobre todo para el futuro turismo de Alicante y la Comunidad Valenciana que, en un futuro no muy lejano – a partir de la próxima legislatura- las autoridades locales negociaran con la Generalitat con el fin de evitar el abandono y la pérdida definitiva de estas magnificas instalaciones. De conseguirse este objetivo político y económico, Alicante volvería a ser centro de atención para todo el planeta del cine, que tanto auge está tomando actualmente, a pesar de la crisis y del gravoso IVA. La ciudad y su envidiable luz no deberían permitir el fracaso de este gran proyecto inspirado por nuestro admirado Berlanga. Directores y productores de otros países volverían a incluirnos en sus agendas de futuros rodajes y nuevas localizaciones. Ahora que nos encontramos muy cerca de una aburrida y tórrida campaña electoral, esta propuesta debería ser reconsiderada por todos los partidos políticos. El sector turístico en nuestra comunidad supone alrededor del 14% del PIB. Un buen pedazo de esta tarta de la riqueza total, que según las últimas cifras dadas a los medios, se prevé la creación de un millón de empleos durante esta temporada de verano que empieza ahora mismo. Obviamente, está más que justificado el interés que han de mostrar los líderes políticos para realizar un esfuerzo financiero y presupuestario para avanzar en la buena dirección que ha de tomar el devenir de la economía alicantina y valenciana. Es asimismo recomendable que sea el propio lobby turístico el que lleve adelante los esfuerzos necesarios para mejorar la calidad de los servicios a ofertar así como los salarios de los trabajadores contratados, la única manera de conseguir que el PIB acredite que de verdad se produce un crecimiento real de PIB.
Y recordando al maestro Berlanga, me gustaría hacer alguna reflexión en torno a proyección de su sombra sobre la realidad política que se cierne sobre los españoles durante este mes de junio. Estamos ya inmersos en una precampaña electoral, se prevé sea igual de tórrida que las mas recientes que nos ha tocado sufrir. Es asombrosa la capacidad que tenía para diseccionar la idiosincrasia de la sociedad española, esa mirada irónica y esperpéntica que nos aleccionaba sobre la vida y miserias de la condición humana. Esta forma de interpretar la realidad me traslada a aquellas representaciones del teatro de sombras de la cultura ancestral de China así como las representaciones de otro preciado teatro japonés con más de cuatro siglos de antigüedad, kabuki, teatro que habla sobre las relaciones humanas más cotidianas. De ahí que Berlanga no se ha ido del todo de nuestra mente, en el teatro político diario en España aun podemos observar ese espíritu berlanguiano tan característico y que lo manifestaba en cada una de sus películas, no tenemos mas que recordar La Escopeta Nacional ( 1977), Patrimonio Nacional (1981) o incluso Todos a la cárcel (1993). Y es que el teatro de sombras originario de China desde el siglo VII puede ser considerado como un remoto precedente del cine por el movimiento de las imágenes y las personas en una pantalla. Por eso y por mucho más, cuando vemos las imágenes de nuestros políticos en la televisión o en los periódicos nos induce a pensar en alguna de las representaciones de sombras chinescas o nos remite a un escenario donde se celebra el arte del kabuki siempre cargado de ironía.
En definitiva, no deseamos más teatro político insulso y poco realista. La coyuntura política no necesita ya de estas retahílas vanas. Se requiere responsabilidad política, humildad y capacidad de gestionar óptimamente las relaciones sociales con el Estado. Acabar con la desigualdad y las miserias de un país miembro de la Unión Europea y de la Eurozona. Desde la Comisión Europea todo son guiños para apresurarnos a reconducir el gasto público, embridar la fuerza desbocada del déficit público y de la deuda. Estos días la prensa económica está anunciando a bombo y platillo la emisión de deuda perpetua, es decir, deuda para amortizar entre los años 2066 y 2116. Una bonita herencia para nuestros nietos y bisnietos. Ya lo dejó claro Keynes hace ya sesenta años cuando publicó aquel libelo “Las posibilidades económicas de nuestros nietos”.Para terminar, si deciden darse una vuelta por el municipio de Elda y sus fiestas de Moros y Cristianos, reserven un poco de tiempo para contemplar los magníficos retratos del pintor alicantino Emilio Varela (1887-1951), nombrado recientemente Hijo Predilecto de la Provincia.