La propia documentación hallada por la UDYCO en los registros al domicilio de Vladimir Kokorev, supuesto testaferro de Teodoro Obiang en España, certifican la vasta y extensa actividad comercial del empresario hispano-ruso en el sector naviero. En el material incorporado al sumario que se instruye contra Kokorev, su mujer Julia y su hijo Igor (los tres aún en prisión a la espera de conseguir un aval de 6 millones de euros) aparece pormenorizadamente el rastro mercantil de Kalunga, la sociedad que según la juez del Instrucción nº5 de Las Palmas, Ana Isabel de Vega, es “una empresa fantasma” sin operativa y entregada únicamente al lavado de dinero a beneficio del presidente de Guinea Ecuatorial y su entorno. En más de medio centenar de documentos no sólo se refleja ‘de facto’ la actividad que habría dado como resultado un volumen de negocio de unos 20 millones de euros. Tampoco aparecen elementos que hagan intuir que tras esa cifra hay algún tipo de actividad ilegal (o sospechosa de serlo) desarrollada durante más de 15 años. Durante todo ese tiempo se acumulan acciones comerciales enfocadas a la construcción y mantenimiento de buques de transporte con intervención de decenas de proveedores, empleados y organismos públicos de diversos países, tal y como se desarrolla en el sumario.
Así, entre los anexos de la instrucción aparece el certificado de compraventa de la nave ‘Río Utamboni’. El documento establece que queda transferido “el título completo, propiedad, e intereses de la nave, así como sus botes, pertenencias y otros aparejos”. El legajo se acompaña de la “notarización del contrato” en Panamá, de donde siempre fue originaria la compañía Kalunga, desde su constitución a su disolución. El contrato, que especifica que la nave se encuentra libre de gravámenes y deudas marítimas, se acompaña de poderes generales debidamente legalizados, certificados de acciones y minutas… y numerosa comunicación entre abogados vía e-mail.
En paralelo a esta documentación, el sumario recoge la propia actividad empresarial (bajo sospecha también por el fiscal Luis del Río Montesdeoca) de Vladimir Kokorev. En su currículum se refleja que antes de fundar en 1998 Kalunga ejerció como Manager General para TEGSA, la empresa de transporte público de Guinea Ecuatorial que operaba exclusivamente en el interior del país. Era el año 1993, uno antes de que comenzase a trabajar para la cadena de supermercados Martínez Hermanos, concretamente en la gestión de compra y distribución de pescado congelado y adquisición de distinto equipamiento necesario para la actividad del grupo. La mayor parte de sus actuaciones se desarrollaron en Camerún, Angola, Guinea Bissau y Gabón.
El sumario recoge igualmente un amplio reportaje fotográfico del barco ‘Djibloho’ y la propia invitación a la celebración de su puesta en navegación por Kalunga.
De especial interés, entre otros, es el proyecto que desarrolla Vladimir Kokorev para la construcción de una planta de reparación naval, ‘Asaba’, en la capital ecuatoguineana, Malabo. Así, entre los documentos aparecen aquellos en los que se concretan, en distintas etapas, “las áreas de producción necesarias para asegurar la reparación y la construcción de patrulleros de alta velocidad, de patrulleros grandes y de patrulleros costeros universales para la Marina”, así como el objetivo de desarrollar capacidades “para la construcción naval de buques y barcos para países del continente africano”.
El sumario, base de la investigación que persigue a esta familia durante una década y que les mantiene ya más de 22 meses en prisión preventiva en la cárcel canaria de Juan Grande, incluye las distintas áreas del complejo ‘Asaba’, incluidos hoteles flotantes, almacenes de muebles o materiales de construcción y consumo, talleres con accesorios, plantas de depuración, estaciones contraincendios, tanques de agua potable, incineradores, contenedores o el edificio principal para administración.
Entre la colección de pruebas que arruina la teoría de que detrás de la compañía Kalunga no hay operaciones reales, aparece un correo del capitán del barco ‘Rio Ekuku’ sobre el mantenimiento de la nave. En él, relata las diferentes inspecciones y análisis mecánicos para la puesta a punto de la embarcación. El operario que presta sus servicios a Vladimir Kokorev plantea los “problemas que traen las operaciones de carga en el puerto de Bata debido a las condiciones antiguas y de escasa protección e inadecuadas del espigón, lo que provoca daños en el casco de las embarcaciones”; y abunda en la “ausencia de controles adecuados y medidas de seguridad en el puerto que impiden las salidas a tiempo del amarradero, incluso la inadecuada preparación de los conductores locales de las grúas”.
Son muchos otros los anexos en los que se establece que Kalunga no fue durante su etapa vital una sociedad instrumental, interpuesta o pantalla, siendo sus objetivos empresariales legítimos. Y en los que se acredita que Vladimir Kokorev, asentado más de dos décadas en España, no encubrió ni disfrazó legalmente ninguna operación o cuenta bancaria a beneficio del presidente Teodoro Obiang ni ninguna otra persona física o jurídica.