El trabajo discográfico más reciente del vocalista estadounidense Gregory Porter es, ante todo, un sentido homenaje y el pago de una deuda moral contraída con el gigante que le sirvió de inspiración para decidir dedicarse profesionalmente a la música. El cariño que Porter profesa al legendario crooner de Alabama trasciende la mera admiración musical: "Cuando tenía cinco o seis años la música de Nat llenó un vacío en mí. Mi padre no estaba en mi vida ni mostraba interés en criarme, y las letras de Nat fueron lecciones de vida, palabras de sabiduría y los consejos paternos que necesitaba".
Los doce cortes que componen “Nat King Cole & Me” han sido escogidos con enorme gusto y la vista puesta en el lucimiento de Mr Porter, cuyas habilidades vocales son espléndidamente respaldadas por la London Studio Orchestra. Una vez escuchado el primer corte (que no es otro que la inevitable “Mona Lisa”), “Smile” de Sir Charles Chaplin hace los honores de entrante dentro de un menú musical exquisito, dando paso a esa delicatessen que lleva la firma de Eden Ahbez y que lleva por nombre “Nature Boy”. El menú musical incluye versiones de algunos de los éxitos más celebrados de la brillante carrera de Nat King Cole, así como un tema original del propio Porter, “When Love Was King”. Los arreglos musicales, a cargo de Vince Mendoza, lucen desprovistos de cualquier sombra de almibarada pretenciosidad y no pueden ser más acertados. Todas las contribuciones instrumentales realzan con finura la perfecta fusión conformada por la magnífica voz de Gregory Porter y la belleza de las composiciones escogidas.