Es algo irrefutable que en todos los órdenes de la Vida, existe una continua evolución, que sólo deja de tener lugar cuando ese concreto aspecto finaliza, bien porque se cambia a otra situación o porque ese área en el que se encuentra, cesa su actividad por poner un ejemplo de una causa posible, quedar obsoleto. Existe a colación de todo ésto un viejo dicho que es " renovarse o morir ". Se debe tener presente que estoy tratando de hablar de una manera general, y por supuesto sin realizar concreción alguna. Obviamente, en todo proceso evolutivo a lo largo del tiempo, siempre es obvio, que tiene su ser en que trata de mejorar, en cualquier aspecto en esa evolución.
Si nos centramos, estríctamente, en lo que es en sí la realidad del Mundo relativo a la Empresa; se debe señalar que también, se debe entrar en una dinámica de mejora, para poder llegar a competir con éxito en el Mercado. Aunque el asunto que nos ocupa es el Proceso de Mejora Continua; el cual se debe decir con claridad, que es, realmente, algo que se encuadra dentro de lo anteriormente expuesto, ya que es una Filosofía empresarial que propugna una dinámica de acción de los trabajadores en aras de conseguir una mayor eficiencia, siguiendo ese espíritu continuo de mejora que provoca la evolución; hay que reconocer que nos exactamente igual, ya que se trata de un proceso creado dentro de las propias estructuras empresariales.
Parece evidente que hoy en día, cualquier empresa que quiera triunfar frente a sus competidores, de una manera sostenible, sin duda tendrá que contar con la implementación de un Proceso de Mejora Continua. Por ello, se debe crear en las empresas la figura del Impulsor de Mejora Continua. Esta labor será la encargada de promover, impulsar y controlar el proceso de mejora continua, en el que se deberán encontrar involucrados, en realidad en la práctica, todos los integrantes de la empresa. Esta función, es palmario que deberá ir acompañada, también, de cierta labor de consultoría, por parte del impulsor, que sea basada en el discernimiento de las propuestas adecuadas que sean realizadas, y la proposición de propuestas adicionales, que no se hayan considerado, para poder llegar a alcanzar la excelencia deseada. Obviamente, no cabe el menor género de duda, que cualquier trabajador, de todo tipo de empresa, puede realizar propuestas de mejora en el trabajo que, realmente, pueden suponer, en la práctica, una mejora que redunde en la productividad y/o en la rentabilidad de una empresa.
Y eso es una posibilidad que ninguna empresa debería pasar por alto, olvidando que hay ocasiones en las que con tan sólo una propuesta realizada, ha dado lugar a sustanciales impactos positivos, en la cuenta de resultados. Por lo que si alguien piensa que las ideas en la empresa, sólo las pueden tener los directivos, se encuentra rotundamente equivocado. Y además, se debe tener en cuenta, que cuando se logra incorporar a un proceso de mejora continua al trabajador, este trabajador percibe que es, realmente, parte de la estructura empresarial y eso ocasionará, por lo general siempre, una mejora del Clima Laboral. Se debe señalar que la implantación del proceso de mejora continua en una empresa es, lógicamente, el asunto más complejo de todo ello; pues de la manera de realizarlo, estriba el éxito de su correcto funcionamiento y así poder alcanzar el objetivo perseguido. Y para ésto, resulta algo obvio, que se precisa, indudablemente, tener desde un principio al trabajador motivado para que se imbuya, plenamente, dentro de esta filosofía empresarial de mejora continua. Ya que si el trabajador no se implica en ello, es imposible del todo realizar este proceso.
Y para este cambio de paradigma, es evidente, que se debe poseer un clima de respeto de los trabajadores, con condiciones laborales que le puedan hacer percibir que està, adecuadamente, considerado dentro de la empresa. Ya que un trabajador que se sienta de alguna manera " explotado " o en cualquier medida, no bien tratado por parte de la empresa, es lógico pensar, que no realizará ningún aporte en el proceso de mejora continua. Y si a través de la Mejora Continua es irrefutable que se puede ser más eficaz en el trabajo realizado, por las empresas, sean ésta privadas o también públicas, se debería tener en cuenta en cualquiera empresa, y aún más si cabe, en las empresas públicas e incluso en la propia Administración Pública, el implantar cuanto antes este proceso para que de este modo, se haga una asignación óptima de los recursos empleados, y así de esta manera no dilapidar oportunidades que, incluso, puedan redundar finalmente en la creación de empleo, por mor de una mejor utilización de recursos que se están empleando en la actualidad de una mala manera, que hacen por consiguiente que se precisen en un número mayor, que es seguramente innecesario.