Dentro de las manipulaciones repugnantes que politicastros de hoy, delincuentes o no, inoculan a nuestra infantilizada e higienizada sociedad está creciendo una tan peligrosa como útil a los facinerosos. Le debo a mi admirado Profesor Pedro Insua la manera más contundente de presentarlo: “dicen que las urnas son libertad y las porras de la policía, represión, es justo lo contrario”. Con la verdad por delante, en boca y mente de los secesionistas, o sediciosos, pero golpistas, de cualquier región de España apelar a las urnas clandestinas, para votar en condiciones ilegales, sobre temas que nos afectan toralmente a todos los ciudadanos españoles es un atentado brutal contra nuestros derechos y nuestras libertades.
Y lo sería aunque no fueran clandestinas. ¿Por qué? Pues porque en una democracia apoyada en la soberanía de los ciudadanos recogida en su Constitución, nadie puede pretender excluir a nadie de votaciones sobre el destino común de la Patria por razones de raza o de residencia. Lo que pretenden es quitarnos nuestro derecho a decidir más fundamental, sin especificar quién y por qué tendría el derecho a votar y nosotros no. Eso es el más puro totalitarismo. Es pura violencia que atenta contra nuestros derechos y libertades básicas como ciudadanos españoles.
¿Qué nos protege contra ese crimen cuando esa barbaridad se pretende con violencia callejera o con actos de desobediencia institucional? Las fuerzas de seguridad del Estado democráticas que emanan del orden institucional y que lleva a la práctica órdenes judiciales. No hay otra.
Eso es lo que justifica el título de este billete, utilizando metonimias. Nuestra libertad democrática, en el colmo de las irresponsabilidades, la defenderá la punta de las porras de nuestras policías democráticas. O en otras palabras, las fuerzas de seguridad, con la única violencia legítima en democracia, no ejercerán represión, sino protección contra la violencia totalitaria anti-democrática. Protegerán contra la opresión totalitaria.
Por eso en boca y mente de secesionistas, urnas significa atentar contra nuestra libertad y represión significa proteger la democracia y nuestros derechos civiles.
Tal vez lo más triste de todo sea que esta aclaración básica, estos conceptos elementales, no sean machaconamente explicados, sistemáticamente expuestos y enseñados por todas las instituciones en un contra-discurso que tienen la obligación, el deber de propalar ante la mentira y la manipulación destructivas. Claro, sobre estos principios , no cabe diálogo….