Europa no es competitiva en las tecnologías punteras, la mayor parte de los fabricantes de ordenadores o smartphones de última generación pertenecen al Lejano Oriente (China, Japón, Taiwán o Corea del Sur), o Estados Unidos. E igual pasa con las baterías punteras que necesita la industria del automóvil eléctrico. Por de pronto, el Gobierno ha comunicado a la patronal Anfac y a varios Ayuntamientos un plan para reunir las ofertas y presentarlas en la feria China EV100. El Ministerio de Industria está confeccionando un listado de candidaturas de ciudades y comunidades autónomas interesadas en albergar una fábrica de baterías para vehículos eléctricos.
El plan ha sido transmitido a Anfac, la patronal de fabricantes de automóviles, pero también a diferentes Ejecutivos locales en una reunión celebrada en la sede del ICEX el pasado 13 de noviembre. El objetivo es presentar ese mapa en un encuentro que el sector mantendrá a principios de enero en China, el mayor fabricante de baterías de ion-litio del mundo, para buscar inversores interesados.
Existe gran expectativa en Europa acerca de la puesta en marcha de fábricas de baterías para coches. Lo ha espoleado incluso el Gobierno comunitario bajo la pretensión de que una de cada tres puedan producirse en el Viejo Continente en 2030. De ser así, serían necesarias unas 40 instalaciones fabriles y estaría en juego el reparto de unos 140.000 millones de euros en inversiones en un territorio que es casi virgen en ese negocio. No hay ninguna inversión conocida hasta ahora que baje de los 1.000 millones de euros. Los ejecutivos de Emmanuel Macron y de Angela Merkel han impulsado dos proyectos transnacionales en ese sentido. Sin embargo, la última noticia la ofreció en noviembre la estadounidense Tesla al anunciar la construcción de una fábrica de baterías, ingeniería y diseño cerca de Berlín. Será su cuarta “gigafactoría” —término que utiliza el fabricante para designar estos centros— y la primera en suelo europeo.