Izquierda, izquierda, derecha, derecha, un, dos ,tres…

Llegamos a esas aberraciones como que ser español es de derechas y fascista o que ser secesionista es de izquierdas. No digamos hacer creer que un Partido Comunista es consubstancial…al diálogo. Cómo dijo el torero, no hay nada más peligroso que la ignorancia.

Pero lo importante es que eso no es cierto en absoluto. ¡Ojalá lo fuera y fuésemos una democracia real con la típica dinámica centro izquierda-centro derecha.

España está dividida, cierto, y muy netamente, entre dos opciones en tres aspectos, y ninguno es un problema siniestra-diestra. Entre otras cosas porque en España no hay ningún Partido (parlamentario) de centro izquierda, luego no puede haber dialéctica centro izquierda -centro derecha habitual en las democracias liberales. Mi antiguo PSOE se ha convertido en Partido friki podemita de izquierda totalitaria.

Las políticas de “gestión”, económica, laboral, energética, sectorial… se diferenciarán poco de las de los últimos 12 años, bajo la atenta mirada de la UE y las políticas sociales son claramente abrazadas tanto por PP como por PSOE con detalles diferenciales, normalmente debidos a su financiación.

Lo que realmente divide a nuestro Parlamento, prácticamente a medias, son tres aspectos. En primer lugar, y es clave, una visión totalitaria de la política o no. Desde este debate de investidura queda claro que el PSOE se ha puesto del lado de los totalitarios, dónde ha encontrado al conglomerado Podemos y a los separatistas de toda laya. En segundo lugar está quien cree necesario e indispensable el Estado de Derecho en una democracia liberal, y a quién le molesta. Recordemos al futuro Ministro Garzón afirmando que “tenemos un problema con los altos miembros de la judicatura” (sic) o al Doctor Sánchez considerando el Estado de Derecho cómo productor de tretas y artimañas. ¡El despiporren! Por supuesto el apartamiento y la perversión del Estado de Derecho es propio de los sistemas totalitarios. Finalmente, y caso único en la UE, la división esencial reside entre los que querrían recuperar una Nación de ciudadanos libres, iguales y solidarios, que normalmente se da por adquirido, y los que trabajan para desguazar España.

Estas tres situaciones no existen, ni se imaginan, en la inmensa mayoría de las Naciones de la UE, que, ellas sí pueden debatir sutilezas entre izquierda y derecha. Esta división sobre tres temas torales, esenciales, radicales es lo que explica la imposibilidad de crear un Gobierno de salvación nacional ante un golpe de Estado o la reticencia de C’s de apoyar al Doctor Sánchez, pues bien sabía que intentaría llevarlo al lado oscuro de la política.

La raíz del problema está claro. Desde Zapatero el PSOE se ha convertido en un Partido pro totalitario, poco constitucional y el mayor y más eficiente Partido pro separatista.

Cuando le preguntaron a Don Felipe González en que consistía el cambio, en el 82, contestó “Que España funcione”. Hoy en día el cambio sería: ¡que España exista!