La fortaleza del euro se tambalea debido a la incertidumbre en la eurozona
El hecho de que dos de las principales economías europeas se hayan contagiado está dejándose notar en los mercados de divisas. El trading de Forex, que mueve 5 billones de dólares diarios, es sumamente sensible a estas situaciones imprevistas. Las noticias pueden cambiar rápidamente las tasas de cambio. Y una divisa puede pasar de la fortaleza a la debilidad en cuestión de días, de ahí el gran atractivo de este mercado para obtener beneficios operando sobre sus fluctuaciones. Así, por ejemplo, la cotización del euro frente al dólar, su principal rival monetario, ha pasado de la fortaleza de los 1,15 dólares por euro en febrero a los 1,06 apenas un mes después.
Y es que aquí Estados Unidos juega con ventaja. Mientras que el Banco Central Europeo tiene que coordinar medidas económicas entre todos los países de la zona euro, Estados Unidos es una superpotencia económica con mando centralizado en la Reserva Federal. La crisis del coronavirus ha dejado patente, una vez más, la falta de cohesión entre las economías europeas. La pobre coordinación en materia de políticas fiscales y las diferentes velocidades económicas, a pesar de que los países de la zona euro comparten una misma moneda, suponen un verdadero talón de Aquiles para la moneda única. Las divisiones políticas también desempeñan un papel importante en las disensiones, ya que gobiernos nacionales de diferentes colores políticos tienen que ponerse de acuerdo, algo que desgraciadamente no siempre resulta posible. Por lo tanto, ante este escenario plagado de incertidumbre, no parece descabellado pensar en una cada vez más plausible paridad euro-dólar fruto de la pandemia.
La economía española, del crecimiento al batacazo en apenas unos meses
De un crecimiento del PIB español del 2% en 2019, hemos pasado a unos augurios mucho más pesimistas para 2020. Según los últimos pronósticos del Banco de España, cabe esperar una caída aproximada del 9% para este año, en caso de que se produzca el escenario más probable. Ahora bien, dada la imprevisibilidad de la crisis actual por su propia naturaleza sanitaria y no económica o geopolítica, solo deberían tomarse estos datos a título orientativo. España es un país que basa su crecimiento principalmente en la industria del turismo, por lo que el parón forzoso al que ha conducido el COVID-19 ha causado un verdadero destrozo financiero: aviones en tierra, miles de trabajadores sujetos a expedientes de regulación de empleo, bares y restaurantes cerrados, etc.
En resumen, España, junto con Italia, han puesto sobre la mesa la debilidad de la moneda única europea frente a divisas internacionales tan importantes como el dólar. Los próximos meses resultarán cruciales para evaluar con precisión el alcance del destrozo financiero provocado por una de las peores crisis sanitarias que se recuerdan en la historia reciente.