RedBull lleva mucho tiempo creando una imagen de marca que, a día de hoy, ha traspasado fronteras y hace que sea reconocida como una de las que apoya el deporte y, sobre todo, algunos deportes de riesgo que quedaban fuera de cualquier patrocinio. Pese a que, a priori, poco o nada debería relacionarse su producto con esto, ha conseguido gracias a estrategias de marketing online muy potentes, conseguir ese hueco en la mente del consumidor.
Su estrategia ha sido clara: en vez de hablar de bebidas energéticas, hablemos de deportes extremos y lo que eso conlleva para el público, para sus participantes y para la adrenalina.
Otro ejemplo de éxito con firma made in Spain es Mr. Wonderful. Lo que empezó siendo una marca divertida, con un humor que era capaz de llegar a todo tipo de público y con mensajes positivos, pasó la frontera de nuestro país y conquistó el resto de Europa también gracias a la ayuda de una estrategia de marketing online basada en tres pilares: una web sencilla, el uso de redes sociales para llegar al público y hacerse viral gracias a la creatividad y, sobre todo, por reforzar como pocas su reputación online a través también de acuerdos con otras marcas (Oysho, Control, Donuts, Smint…).
Hawkers es otro gran éxito del marketing digital ya que, hasta que diera el salto y abriera su primera tienda física, llevaba años cosechando el éxito gracias a una estrategia de marketing basada en las colaboraciones con influencers que hacían de altavoz de sus modelos. Apostaron por llevar su imagen con la de personajes como Paula Echevarría (quien hizo también alguna colaboración de diseños).
Agatha es también un claro ejemplo de marca de influencers. Las redes han sido el altavoz que ha necesitado esta marca francesa que, aunque ya tenía un referente con su imagotipo canino, había caído en el olvido y desconocimiento de los millenials. Hasta que crearon una colaboración estable de diseño con perfiles como el de María Pombo o Sara Carbonero, que dieron un toque distinto a los complementos y que refrescaron gracias a una planificada estrategia online de marketing que llegó a un público al que, de otra forma, no hubieran llegado.
Pero si de marketing de contenido se trata, Netflix se ha llevado la palma. En un mercado como el español que venía de un fallido intento con Canal +, nadie pensó que la plataforma streaming que iba abrir camino a las posteriores Prime y HBO conseguiría las suscripciones que consiguió gracias al ruido que hizo con campañas más que estudiadas e incluso irreverentes que no solo tuvieron su origen en el marketing online (que fue su caldo de cultivo), sino que salieron a buscar también offline a su público.