¿Y si el maná fuera indigesto?

Escarbemos un poco tras la “agit-prop” del Gobierno, para acercarnos un poco más a la verdad. En primer lugar hemos de decir que no sabemos la cuantía real de lo que vamos a solicitar y recibir, lo que tiene su importancia cuando la diferencia es de sencillo a doble. La cifra más cacareada es de 140.000 millones en dos años. Pero Doña Nadia Calviño y colegas suyos han manifestado dudas en cuanto a demandar los aproximadamente 70.000 millones que son créditos, muy favorables, pero créditos a devolver y se centran en la otra mitad que, simplificando, nos serían cedidos a fondo perdido. Esto es importante pues la política económico-social destinada a optimizar el uso de los fondos para el bien común es distinta en uno y otro caso. Nos dirán los avezados que también hay dudas en cuanto al momento de recibirlos y que hay obstáculos para lanzarlos en dos años ( Tribunal Constitucional alemán, dificultades de la mega operación de lanzamiento de 800.000 millones por parte del BCE, burocracia, etc…) Eso nos preocupa menos por lo que exponemos a continuación. Miren Ustedes, sinceramente, no existe ninguna Nación en el mundo , libre o no libre, de unos cuarenta a ochenta millones de habitantes con la capacidad de gestión administrativa, las estructuras públicas ni la inteligencia y excelencia del capital humano involucrado capaz de absorber una inyección externa de más del 10% del PIB en dos años. Y el Reino de España, no brilla, precisamente, por la eficacia y eficiencia de su hipertrofiado sistema administrativo atomizado en 17 subsistemas administrativos “bisoños”. Baste con saber que todos los años, desde no se sabe cuándo, devolvemos parte de las ayudas europeas por incapacidad de gestionarlas.

No sabemos si el maná le procuró al pueblo de Israel problemas de indigestión o flatulencias, pero estamos seguro que este maná europeo le produciría un atragante brutal y desigual a nuestras disparatadas Autonomías y Administración central.

Por eso creemos que podría existir otro maná, enviado desde Estrasburgo y Bruselas, de excelente aprovechamiento para el bien común de los ciudadanos españoles. Y tal sería una serie de orientaciones, ayudas, indicaciones, exigencias o sugerencias irrechazables,…en el planteamiento de reformas estructurales indispensables para optimizar el uso de los fondos cedidos, empezando por la reforma del sector público administrativo y la re-instalación del mercado único sin barreras en España.

Este maná, que podría ser manjar bendito para los ciudadanos, tiene el problema de que sería intragable y vomitivo para nuestros abundantes caciques y nuestros innumerables politicastros en puestos de gobierno.