China ha conseguido evolucionar dentro de la economía mundial, si bien el sistema político es comunista, apunta Bregolat, su economía ya no lo es. Han conseguido un hibrido mercado de propiedad pública, junto con una planificación de gran eficacia.
Reconoce que a Occidente le da miedo la velocidad productiva que lleva a cabo China. Considera que si Estado Unidos y China alcanzan una coexistencia pacífica, el mundo tendrá paz y bienestar. Ahora bien, afirma Bregolat, es una locura considerar a China una amenaza e intentar hacer descarrilar su economía.
En un futuro no muy lejano, según Bregolat, China se puede convertir en la primera potencia económica del mundo. Por Producto Interior Bruto (PIB) ya lo es. Ahora bien, si incluimos tecnología, riqueza, universidades y otros conceptos, Estados Unidos es aún el número uno, pero China se va acercando a gran velocidad en todo.
España ha llegado tarde al mercado chino, comenta Bregolat. Y afirma que “cuando nuestras empresas empezaron a salir lo hicieron a los sitio más próximos -Europa- o más conocidos -Iberoamérica-. El Estado no llego tarde con sus actuaciones tras Tiananmen y Samaranchi. Ese podía haber sido nuestro gran activo. Sin embargo, no le supimos sacar partido económico”.
China ve a España como una parte de la Unión Europea. Ese es nuestro punto fuerte. España, como comenta Bregolat, tiene una singularidad especial con respecto a los otros países. Y este esta marcado por nuestra actitud positiva hacia China cuando ocurrió lo de Tiananmen y Samaranchi. Por eso, comenta, los turistas chinos que vienen a España quedan encantados y quieren volver.
Al embajador Bregolat, China lo ha marcado personalmente. “Mi nuera es una china de Hong Kong y mi nieto es medo chino. Doce años en la China me han marcado mucho, inevitablemente, en mi manera de ver el mundo”.