Ello implica adentrarse un poco en la teoría y hacer una breve investigación. Tomando en cuenta el tipo de juego (si es torneo, exhibición, amistoso, etc.), los jugadores activos o lesionados en cada plantilla y la racha de victorias o derrotas que lleven acumuladas. Otro aspecto a tomar en cuenta es contar con un conocimiento básico de estadística y probabilidades, de modo que los conceptos de media, mediana, entre otros no resulten ajenos. A veces es posible ver que las tablas de clasificación presentan datos avanzados, los cuales reflejan actividad estadística que puede ser provechosa al momento de apostar.
Al mismo tiempo, conviene no apostar por los equipos favoritos, puesto que no se va a actuar de forma racional, sino esperando que se cumpla el deseo de que ganen. Tanto es así que existen apostadores que nunca apuestan por el equipo de su preferencia, ya que eso incluye una presión añadida de que ganen. No solo buscan evitar perder dinero, sino que tampoco desean ver a su equipo perder. El golpe de una derrota podría ser muy fuerte.
¿Qué información se debe considerar?
En principio, lo ideal es observar el rendimiento del equipo en los últimos 10 partidos aproximadamente. Si lo haces en menos juegos, te puedes llevar una idea equivocada de su efectividad. Y si se toman en consideración muchos más juegos, podría no darse chance de apostar, e incluso a veces son demasiados datos para que los procese un humano. Tal vez sea posible trabajarlos en una computadora. De todos modos, las casas de apuestas pueden ayudar a conocer las estadísticas más exactas, así como poner a disposición de los clientes múltiples alternativas de apuestas. Asimismo, hay datos que no están a simple vista, puesto que en ocasiones los equipos pierden partidos por mala suerte. Aunque parezca mentira, los informes de los juegos pueden demostrar que un equipo tuvo un buen porcentaje de posesión del balón e hizo bastantes disparos a puerta, pero sencillamente no pudo encajar un gol. Aparte, también es probable que el árbitro haya tenido una mala actuación que los haya afectado. En tal sentido, se pueden observar los errores más sonados que han cometido los árbitros, que fueron reseñados en este artículo.
¿Qué conceptos suelen utilizar las casas de apuestas?
Uno de los más conocidos es el de “cuota”, que se refiere a la posibilidad de acertar un resultado de un partido, así como el porcentaje de dinero a pagar, en caso de atinar la apuesta. En otras palabras, la “cuota” indica que tan probable es que la apuesta realizada se dé. Y a su vez, paga unos fondos proporcionales a dicha probabilidad. Claro está, mientras más difícil sea adivinar una apuesta, mayores serán los dividendos de acertarla. Suele pasar mucho con los equipos que están de últimos en los torneos, ya que se espera que pierdan contra cualquier rival. Si alguien dice que van a ganar y efectivamente lo hacen, pues la ganancia es considerable. Vale decir que el beneficio se multiplica tomando en cuenta el dinero apostado y cómo es posible deducir, a mayor cantidad apostada, mayor será el posible ingreso. Asimismo, existen dos tipos de cuota, la europea y la americana. Ambas se utilizan en muchas casas de apuestas y pueden variar, dependiendo del movimiento de los apostadores. En caso de que una gran cantidad de personas apueste por cierto equipo, éste puede pasar de “opción descartada” a favorito, reduciendo así el pago por apuesta acertada a favor del mismo.