Partiendo de esta base, los principales desafíos a los que se enfrenta el sector en la pos-pandemia están enfocados especialmente en la construcción de viviendas, donde nos encontramos con la escasez de mano de obra, la falta y el elevado precio de las materias primas y los dilatados trámites de licencia de obra y construcción. Estos retos, además, obstaculizan la producción y entrega de nuevas viviendas ajustadas a las necesidades de los españoles al ritmo necesario y deseado.
Aun así, a la hora de invertir, es interesante destacar las oportunidades que ofrece el segmento residencial medio y medio-bajo para la compraventa. Apostar por soluciones de alquiler en los principales núcleos urbanos, ya sea para pequeños inversores o para inversores de mayor tamaño con construcciones destinadas exclusivamente para el alquiler, puede ser en este momento una opción acertada que cuenta con una fuerte demanda y ofertas limitadas, pero hay que tener en cuenta el nivel de incertidumbre que el anteproyecto de la Ley Estatal por el Derecho a la Vivienda va a generar con medidas como, por ejemplo, la introducción del control estatal de precios. También esperamos ver una reactivación de la dinámica del mercado de compraventa para el alojamiento local y el turismo en general.
Por su parte, para la inversión internacional el mercado inmobiliario sigue teniendo un enorme atractivo. En este punto, el Área Metropolitana de Madrid juega un papel decisivo en la atracción y retención de talento de profesionales y de empresas. Pero también otras regiones de España, como turismo residencial, centros industriales y logísticos, tienen el potencial y la capacidad de atraer este tipo de inversiones. Tampoco podemos obviar nuestro gran potencial turístico que se beneficiará de la progresiva recuperación de este sector donde todos los indicadores muestran un claro punto de inflexión desde el segundo trimestre de este año muy influenciado por la demanda doméstica, pero con una evidente recuperación que se espera que acelere en 2022 por la demanda internacional. Esta tendencia irá claramente a beneficiar a las regiones más dependientes de la demanda internacional como Canarias, Baleares, Catalunya, Comunidad Valenciana y Madrid.
Un hito trascendental para el sector es el final de los impagos, algo de lo que estamos cada vez más cerca. De hecho, la confirmación por parte del Banco de España del aumento histórico del ahorro español valida esta realidad. También contribuye a ello que el nivel de contratación de nuevos préstamos sea menor que el nivel de amortización de préstamos existentes en el período anterior al COVID-19, que los criterios de concesión de crédito sean ahora más exigentes y el hecho de que los bancos estén trabajando para encontrar soluciones con los clientes con mayor riesgo de incumplimiento crediticio.
En cuanto a las tendencias que en 2022 marcarán el panorama inmobiliario, destacan los proyectos de obra nueva al comenzar a ganar más peso en el número de transacciones totales en el país. Estos proyectos están cada vez más orientados a la clase media y a criterios de eficiencia energética más exigentes derivados de la alta conciencia y del compromiso medioambiental de la población. Además, también se va a empezar a ver una consolidación de municipios ubicados en el entorno de Madrid y otras ciudades principales como destinos para vivir y trabajar, desmarcándose así de la tendencia pasada del concepto de ciudades dormitorio.