No obstante, para alcanzar esa ansiada reactivación es necesario –dicen- restablecer la plena movilidad, superando la barrera de las restricciones, cuando no la actitud “drástica” de muchos países. Asimismo reclaman la existencia de un marco único de control, con directrices comunes y requerimientos estandarizados.
Los integrantes de la Mesa del Turismo creen igualmente que los Fondos Next Generation pueden ser una gran oportunidad para el sector, aunque solicitan la participación activa de los distintos ámbitos turísticos antes de definir las políticas o distribuir las ayudas, para que se articulen debidamente y se empleen de manera eficiente, pues expresan su temor a que no lleguen al conjunto de la industria.
Instan a llevar a cabo, además, una gran campaña de promoción y comunicación, que transmita confianza y refuerce que España es un país confiable y seguro. Porque sostienen que las personas están deseando volver a viajar de nuevo aseguran y consideran que la imagen de marca de nuestro país no se ha visto afectada por la crisis del coronavirus.
Afirman también, desde su óptica multisectorial, que la situación generada por la crisis provocada por el SARS-CoV-2 ha conllevado cambios importantes en la industria del turismo y los viajes. Los más destacados son que la experiencia de cliente de los viajeros ya se está viendo alterada por las restricciones, y que viajar ahora se ha vuelto mucho más complicado y complejo.
En este sentido, entienden que han surgido nuevos hábitos en el comportamiento de los viajeros, si bien desconocen si perdurarán en el tiempo. Así, en la nueva realidad, los viajeros son mucho más exigentes y previsores, y demandan seguridad, flexibilidad y una mayor personalización. Mantienen su deseo de buscar los mejores precios y tarifas, aunque ahora retrasan sus reservas al último minuto.
En el contexto de los viajes corporativos los expertos identifican asimismo algunas variaciones. Quizás la más destacada según declaran es la que anticipa que a lo mejor nos encaminamos a un mundo híbrido, al menos a corto plazo.
De acuerdo con las opiniones reflejadas en este primer proyecto conjunto de la Mesa y ObservaTUR, la sostenibilidad es un valor que ha venido para quedarse, lo mismo que la digitalización, que resultará imprescindible en la era post-pandemia.
De este modo, la selección de los lugares, desde que produjo la emergencia sanitaria, se cuida mucho más si cabe y se buscan espacios más abiertos y sostenibles. Al igual que se asume que tecnologías tales como el ‘contactless’, los códigos QR, la biometría o la información en tiempo real han ganado muchos enteros en la nueva realidad.
Mantenimiento de las ayudas mientras persistan las restricciones
Empresarios y profesionales demandan igualmente que, mientras persistan las restricciones y medidas de control a la movilidad, se mantengan las ayudas a las empresas del sector. Hablan expresamente del mantenimiento de los ERTE, de la revisión de los fondos ICO y de una rebaja en el IVA. Y de que el Estado y las CC.AA, además de ofrecer programas de ayuda, deben facilitar la gestión de los fondos europeos.
A pesar de reconocer el éxito del modelo turístico nacional, que ha llevado a España al liderazgo mundial, una parte destacada de los miembros de la Mesa considera que hay avanzar hacia otro nuevo paradigma, de más calidad, que evolucione hacia la descentralización y la sostenibilidad, tratando de promover otros segmentos, a través de experiencias complementarias a las ya existentes, o atrayendo a otros públicos. Clientes que, por ejemplo, contribuyan a la desestacionalización o a poner en valor otros territorios, como los de la España vaciada. O apostando, por supuesto, por nuevos mercados.
El papel de la Mesa del Turismo, por otra parte, es ampliamente valorado tras 35 años de trayectoria, y muy especialmente a raíz de su actividad durante la emergencia sanitaria. Se reconoce su voz y representación, si bien se le reclama ir más allá y asumir un protagonismo más activo en materia de inteligencia y conocimiento.
También proponen la adopción de un rol pedagógico ante la opinión pública, en especial para sensibilizar acerca de la importancia y el peso del turismo, de manera que se pudiese vigorizar su proyección y reputación. Respecto a una posible proyección internacional, se piensa que en el momento actual no sería una actuación prioritaria.