La disponibilidad aparece como el segundo atributo de compra más importante para los clientes. De nuevo, todos los aspectos relacionados con la disponibilidad han aumentado en importancia en comparación con las respuestas pre-Covid. Tras el Covid y los problemas de suministro que hemos vivido, se ha convertido en una preocupación marcada en la mente de los consumidores.
De la encuesta también se desprende que la difícil situación financiera y económica está impactando de forma relevante en la distribución de los ingresos de los hogares y, por lo tanto, en el crecimiento del consumo: más del 55% de los encuestados afirma tener un presupuesto ajustado.
La tecnología, como sucede en la mayoría de los sectores, es un factor decisivo. La omnicanalidad es, cada vez más, el estado natural de los consumidores. Según la encuesta, los consumidores todavía prefieren la compra física en numerosas categorías (especialmente fuerte en alimentación: 77% de los encuestados). Sin embargo, la búsqueda de productos ha evolucionado ampliando canales digitales (se ha incrementado la utilización de motores de búsqueda, para el 41% de los encuestados, y de redes sociales, para el 29%). Para los próximos meses, el 41% afirma que aumentará sus compras online.
Los consumidores también mencionaron que los minoristas deberían mejorar la oferta combinada tienda física/tienda online con transparencia de precios (57%), envío rápido y gratuito (57%) y variedad de productos (45%). Además, el 50% de los encuestados dice que compartiría sus datos a cambio de promociones o compensación monetaria.
Por último, la sostenibilidad sigue siendo un factor relevante para el consumidor. Sin embargo, el 70% de los entrevistados está de acuerdo que, aunque la sostenibilidad es importante, no saben cuál es la mejor manera de comprar productos sostenibles.
“Los datos que se desprenden de nuestra encuesta ponen de manifiesto que, como consecuencia del complicado contexto en el que nos encontramos, uno de los principales retos que deberán afrontar marcas y retailers en los próximos meses será la necesidad de adaptar, o incluso reinventar, de manera ágil su cadena de valor, tanto desde el punto de vista de los proveedores como del consumidor final. El objetivo debe ser mantener una propuesta de valor atractiva y sostenible para los difíciles momentos que viviremos a corto y medio plazo”, concluye Díaz.