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¿Tu cerebro te dice basta? El burnout no es debilidad, sino una reacción lógica

¿Tu cerebro te dice basta? El burnout no es debilidad, sino una reacción lógica
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· Cada vez más personas se quejan de no poder concentrarse, de que se les olvidan las cosas o de que, aun después de dormir, se despiertan agotadas

Muchos piensan que es falta de fuerza de voluntad, distracción o simple estrés. Pero el Dr. Carlos Cenalmor, psiquiatra especializado en burnout, lo deja claro: “Cuando tu cabeza está tan saturada que no puedes atender ni a tu pareja ni a tus hijos, probablemente no es estrés. Es síndrome de burnout”. El burnout, o síndrome del trabajador quemado, está reconocido por la OMS como una consecuencia directa del estrés crónico en el trabajo. Y el estrés laboral se calcula que mata a más de un millón de personas al año en el mundo, cifras comparables con el cáncer de pulmón o la diabetes. Por eso Cenalmor advierte que reducirlo a “una simple sobrecarga que no sabes gestionar” es un error grave. “Esa idea de que el burnout aparece porque no sabes gestionar bien lo que te pasa te hace sentir culpable. Y no, el problema no está solo en ti: está en una cultura que ha normalizado el agotamiento”, explica.


La desconexión como raíz

Desde su casa en los Pirineos, donde vive tras haberse formado y trabajado en Madrid y haber sufrido su propio colapso laboral, el Dr. Carlos Cenalmor describe el burnout como la enfermedad del ser humano desconectado. Que el ser humano llegue a sufrir niveles tan altos de estrés sin poder pararlo tiene que ver con que vive desconectado de su cuerpo, de sus emociones y de sus límites. “Tu cuerpo avisa antes de romperse: el cansancio, la falta de concentración, los dolores físicos… pero hemos aprendido a ignorarlo. Vivimos como coches sin panel de mandos, sin saber a qué velocidad vamos ni si el motor está a punto de explotar”.


Más allá de la productividad

El psiquiatra insiste en que el burnout no es solo una crisis individual, sino un síntoma social. “Nos hemos creído que para ser valiosos tenemos que rendir siempre, y ese mandato nos destruye”, señala. “Estamos intentando funcionar como máquinas, pero nuestro cerebro no lo es. Necesita parar. Sin descanso no hay atención, sin atención no hay vida”.

Las estadísticas respaldan su alarma: las bajas laborales por problemas de salud mental en España se han disparado más del 80% en los últimos años. “Hemos confundido el esfuerzo con la salud, la autoexigencia con la responsabilidad. Y así, lo que empieza como motivación acaba siendo una trampa”, explica.


Cómo empieza y cómo se sale

Los síntomas iniciales son traicioneros: cansancio constante, irritabilidad, pérdida de motivación y dificultad para concentrarse. Luego llega la desconexión emocional: “Te da igual todo, incluso lo que antes te apasionaba”, dice Cenalmor. “Y ahí es donde hay que actuar. No con más productividad ni más meditación, sino cambiando las reglas del juego: descansando, poniendo límites, recuperando el cuerpo y el sentido”.


Un mensaje para quienes se reconocen

Si te reconoces en estas palabras, el primer paso no es hacer más, sino parar. Aprender a escucharte cada día. Y para eso —dice el propio Cenalmor— no hace falta complicarse: “Solo necesitas un pequeño espacio diario para entenderte mejor, para bajar el ruido y reconectar contigo.” Él lo propone a través de su email diario antiestrés, un mensaje breve, gratuito y humano que llega cada mañana con una historia real, una reflexión o una idea práctica para ayudarte a vivir con más calma y sentido.

“En tres minutos al día puedes empezar a entender lo que te está pasando”, resume el psiquiatra.

Quizá la falta de concentración no sea pereza ni distracción, sino la forma en que el cerebro nos dice que ya no puede más. Escucharlo no es rendirse: es el primer paso para volver a vivir.



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