Cuando ponemos en marcha nuestro negocio, indudablemente, lo hacemos con toda la ilusión y, de hecho, procuramos informarnos bien de todo cuanto nos puede afectar, aunque ello no sea óbice para cometer algunos errores que pueden costarnos mucho dinero. Aquí vamos a mostrar algunos consejos para evitar los errores más comunes y las consecuencias que éstos pueden tener para las empresas.
Presta atención a las facturas
Como todos sabemos, la facturación es una de las tareas fundamentales más importantes respecto a todas las que pueden ocupar a los empresarios en la parte administrativa de sus negocios, dado que de ellas dependerán no sólo los ingresos, sino también las cantidades que se tendrán que abonar en concepto de impuestos.
En consecuencia, prestar toda nuestra atención a todo lo relacionado con nuestras facturas será mucho más que indispensable para asegurar el buen desarrollo de nuestros negocios y, por supuesto, para poder evitarnos posibles dolores de cabeza posteriormente.
No obstante, tenemos que indicar que este tipo de fallos tienen solución y que si descubres algún fallo en tu facturación, debes llamar al teléfono de Hacienda que encontrarás en telefonogratis.net/hacienda/, por lo que aún siendo importante evitar este tipo de errores, se puede decir que tiene solución y que no es necesario preocuparnos demasiado en el caso de que poder cometer alguno.
No descuides el stock
Por otra parte, tenemos que hacer referencia a los stocks y a la importancia que tiene mantenerlos controlados en todo momento, sobre todo porque del mismo dependerá que podamos atender a tiempo la demanda de nuestros clientes y, por consiguiente, que consigamos fidelizarlos y lograr que nos ayuden a hacer crecer nuestro negocio.
En consecuencia, nuestro segundo consejo pasa por mantener un control, lo más estricto que nos sea posible, acerca de las existencias de nuestros almacenes, de forma que podamos saber hasta qué punto estamos capacitados para satisfacer las necesidades de nuestros clientes, tanto en el presente como en el futuro.
Es decir, que se trata es de ser lo suficientemente cuidadosos como para poder estar permanentemente seguros de que no nos vamos a quedar cortos para poder atender todos nuestros trabajos o pedidos ni, por supuesto, tener demasiado stock almacenado como para no poder deshacernos del mismo sin perder dinero.
No pienses demasiado a lo grande
En estrecha relación con lo que acabamos de indicar está uno de los errores más frecuentes entre quienes comienzan un negocio, pues con mucha frecuencia se suele dar el caso de algunos emprendedores que piensan llegar a lo más alto de sus carreras nada más iniciarlas y, en consecuencia, suelen alquilar naves demasiado grandes para albergar sus stocks, adquieren cantidades desproporcionadas de productos para vender, hacen inversiones innecesarias en mobiliario o contratan a personas para realizar tareas que podrían realizar ellos mismos sin coste alguno, teniendo todas estas acciones unas consecuencias pésimas para sus bolsillos y, por extensión, para las cajas de sus empresas.
Ahora bien, con esto no estamos sugiriendo que se deba dejar de aspirar a lo más alto, sino muy al contrario, que debemos ser realistas al principio de nuestra actividad y valorar realmente con cabeza fría y la mayor exactitud posible, cuáles van a ser nuestras ventas iniciales, para de esta forma, poder adaptar lo máximo posible nuestra inversión y dotar a nuestro negocio de una estabilidad inicial que asegure la supervivencia a largo plazo.
De hecho, todos conocemos historias de grandes empresarios que comenzaron desde la nada y se hicieron un hueco en el mundo de las empresas a base de esfuerzo, así que lo mejor puede ser emular a los mismos tanto como nos sea posible y comenzar con nuestra andadura emprendedora teniendo claro tanto hacia dónde queremos dirigirnos, así como conocer desde dónde partimos, simplemente, porque ello nos evitará muchas equivocaciones y tener que afrontar algunos errores que se podrían evitar si somos lo suficientemente realistas desde un principio.