El euro sigue registrando una evolución débil frente al dólar estadounidense, y el miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo Mario Centeno indicó ayer que la política se acerca al tipo «neutral». Centeno enfatizó que gran parte de la inflación que está sufriendo la zona euro proviene de problemas en el plano de la oferta, como la acción militar en Ucrania, y redujo así las expectativas con respecto a futuras subidas de tipos de interés para la zona. Los datos económicos publicados ayer fueron dispares, ya que los pedidos de las fábricas alemanas se situaron muy por debajo de las expectativas, pero los datos del sector servicios español superaron las previsiones. Hoy está previsto que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, intervenga en un acto organizado por el Banco de Estonia y, como siempre, los mercados prestarán una gran atención a sus palabras para obtener más pistas sobre futuras decisiones en materia de política monetaria.
A pesar de que un informe del Institute for Supply Management mostraba que la actividad en el sector servicios de EE. UU. se situaba por debajo de las previsiones, los datos seguían mostrando una cifra de crecimiento saludable, reiterando así las perspectivas cada vez más diferentes para EE. UU. en relación con sus principales homólogos. Como consecuencia, el dólar estadounidense sigue exhibiendo una firme evolución frente a la mayoría de sus homólogas, y los datos de empleo que se publican hoy son el siguiente evento de datos destacado en el calendario.
Para los que vivimos en el Reino Unido, ayer fue un día sumamente desolador. El Banco de Inglaterra pronosticó que la economía caería en su recesión más larga desde que comenzaron los registros, y ahora predice que el crecimiento probablemente no regrese hasta mediados de 2024. Como se esperaba, la institución monetaria subió el tipo de interés de referencia un 0,75%, hasta el 3%. No obstante, a pesar de reiterar que la inflación continuaba disparándose, habiendo alcanzado en fechas recientes su máximo de los últimos 40 años en el 10,1%, el Banco también esbozó los límites de la política monetaria, adoptando un tono acomodaticio con respecto a las perspectivas de futuras subidas de los tipos de interés, en vista del anémico panorama económico general. El resultado fue que la GBP se desplomó, con un descenso del 2% frente al USD, mientras las perspectivas de política monetaria entre el Reino Unido y Estados Unidos siguen divergiendo.