Desde febrero de 2022, el Consejo Europeo ha adoptado ocho paquetes de sanciones contra Rusia y Bielorrusia. Rusia es el país más sancionado del mundo, superando a Irán, Siria o Corea del Norte. “Occidente esperaba convertir a Rusia en un paria económico mundial”, señala el think tank estadounidense Atlantic Council.
Pero la economía rusa está resistiendo mejor de lo esperado. El FMI preveía en abril una contracción de la economía del 8,5% en 2022. Ahora ha debido revisar sus previsiones y prevé una caída del 3,4%. Cuando se impusieron las primeras sanciones, el rublo se desplomó con violencia. Los analistas y los gobiernos pronosticaron la debacle de la economía rusa, con una inflación desbordada. Hoy su inflación es del 13,7%, no tan lejos del 10% de la Eurozona. Las previsiones para el año 2023 son de un crecimiento del -2,3% y una inflación del 5%.
La rápida intervención del Banco de Rusia, con drásticas subidas de tipos de interés y controles de capital, la venta de su petróleo y gas a nuevos clientes, junto a una economía que se había preparado durante años para resistir un escenario de aislamiento occidental, están permitiendo a Rusia mantener el tipo. Mientras tanto, la economía de Ucrania se hundirá un 35% este año, según las previsiones del FMI.
Contra todo pronóstico, la tasa de paro en Rusia ha caído hasta el 3,8%, cuando en enero de 2022, antes de la guerra y las sanciones, el desempleo se encontraba en el 4,4%. El Banco de Rusia informa que algunos sectores como la minería o el energético estaban creciendo con fuerza. El rublo ruso sube más de un 30% contra el euro en lo que va de año, el déficit presupuestario previsto es del 2%, con una deuda pública del 12% del PIB.
Las empresas rusas están comprando a precios de saldo los activos que las empresas occidentales se ven obligadas a abandonar por imperativo político.
El superávit comercial de Rusia se ha triplicado desde el año pasado y ha alcanzado niveles récord desde la invasión de Ucrania, ya que la disminución de las importaciones se combinó con el auge de los ingresos de las ventas de energía y materias primas. Rusia sigue vendiendo sus materias primas al resto del mundo que no ha apoyado a Occidente en este conflicto (90% de la población mundial). Las exportaciones de gas a China han aumentado un 18%. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE) Rusia fue la nación con mayor incremento de bombeo en el mes de junio. Rusia vuelve a superar los 20.000 millones de dólares de ingresos mensuales por exportaciones de petróleo. En concreto, según la AIE, Moscú recibió 700 millones de dólares más en julio, respecto al mes pasado, alcanzando los 20.400 millones de dólares. La maquinaria de financiación de la guerra factura un 40% más de media mensual que el año pasado pese a las sanciones internacionales.
El superávit por cuenta corriente se amplió a casi 167.000 millones de dólares entre enero y julio, en comparación a los 50.000 millones de dólares durante el mismo período del año anterior, según el Banco de Rusia.
Putin sigue siendo popular en Rusia, donde el apoyo a la “operación miliar especial” sigue siendo importante. El pico de ayuda militar occidental parece que ha quedado atrás y una parte de las armas enviadas se ha perdido en el cenagal de corrupción ucraniana, según ha denunciado Finlandia.
Pero ninguna de las partes parece dispuesta a empezar a negociar. El invierno está a punto de empezar. ¿Podrían las nuevas tropas rusas, bajo su nuevo mando, concentrarse para realizar una contraofensiva invernal y obtener una posición de ventaja?
Las tropas ucranianas podrían estar llegando al límite y habrían llevado todas las reservas al frente para lograr una victoria que les permitiera mejorar su posición negociadora.
¿Existe el riesgo de que las tropas ucranianas retrocedan? ¿Sería Estados Unidos consciente de la posibilidad de una rotura del frente ucraniano? Y en este escenario ¿Estaría presionando a los ucranianos para negociar? ¿Simultáneamente podría estar amenazando a los rusos con enviar tropas a Ucrania si su contraofensiva tiene éxito? ¿O van a romper el frente las tropas ucranianas y llegar a la frontera rusa? El invierno va a jugar un papel crítico en el futuro de la guerra en Ucrania