“Aunque el IPC parece mostrar al fin signos de estabilidad a la baja, la inflación estructural sigue padeciendo los efectos de unos meses desbocados que, ahora, mantienen el IPC subyacente por encima del 6 % desde hace casi un año”, analiza Joaquín Pérez.
Si observamos la referencia a 2021, antes de la invasión de Ucrania, “los alimentos han sido, con diferencia, los productos que más se han encarecido. Hoy son un 24 % más caros, a mucha distancia del segundo grupo que más ha subido, el de la hostelería, un 13 %, guardando obviamente relación con el precio de los alimentos. Si hay un indicador que nos ponga alerta sobre un mayor riesgo de pobreza, es este. Es insostenible para una familia media, ya no digo de ingresos bajos, digo media, afrontar una subida de la alimentación del 24 % mientras cerrábamos años de subidas salariales del 2 %”, expone Pérez.
Por eso, el secretario general de USO incide en que “los salarios mejoran ligeramente, pero muy lejos de contrarrestar los precios y, sobre todo, muy lejos de recuperar el poder adquisitivo perdido. La patronal está contenta con la reforma laboral, la patronal está contenta con el AENC, acuerdo de intenciones. Esto quiere decir que buenos para los trabajadores no son”.
Joaquín Pérez espera, por lo tanto, “que tras las elecciones el empleo estable y la recuperación salarial sean la prioridad del nuevo gobierno. Y que construya de cero una reforma laboral real, que corrija todos los recortes que hemos padecido en las tres últimas, y que mantienen a España como el país con más temporalidad de Europa, con más paro de Europa y con la mayor pérdida de poder adquisitivo de los salarios. Trocear el empleo para ganar afiliados a la Seguridad Social crea millones de medios trabajadores, pero no empleos y salarios dignos”.