También en esta última semana, un alto representante del Partido en el Gobierno, Sumar, de apellido Asens, se despachaba en unas declaraciones en las que afirmaba, por ejemplo, que el Gobierno tiene que deshacer los problemas y barrabasadas… ¡¡¡perpetradas por los jueces contra el pueblo!!! Y afirmando sin pudor ni rubor que en una democracia se ha de cumplir la voluntad del pueblo y no la de los jueces… Más rahez contra la democracia que conocemos en Europa no se puede ser. Cualquier estudiante de primero de lo que sea sabe que la democracia liberal, la que debe asegurar a la “demos” la libertad, igualdad y fraternidad de sus ciudadanos es un conjunto de leyes. La primacía de tribunales populares, asambleas activistas, democracias aclamativas y otras hierbas es lo propio de tiranías y despotismos. Como cuando se dijo que las Leyes del Reich se sobreponían a la Constitución alemana, ¡y a callar! Con esta deriva del Gobierno lo que hoy se llama España tiene un problema, un problema terminal de democracia.
O sea que Dios ha muerto, Marx ha muerto, la democracia se muere, España está desaparecida, y yo, la verdad, me siento fatal…