Los que con dignidad y valentía se han movido hasta ahora son figuras actualmente retiradas de la primera fila, aunque estuvieron en ella en el pasado. Algunas han sido expulsadas del partido. Otras son intocables… ¿Intocables? No nos engañemos, para Sánchez ni las víctimas socialistas de ETA, ni los socialistas catalanes que en 2017 se enfrentaron a los Companys de 1934, ni ningún otro son intocables. Estoy convencido de que, si Guerra o incluso González dieran un paso más, a Sánchez no le temblará el pulso y los pondrá de patitas en la calle.
Ahora bien, en una situación como la actual, ¿qué más hay que esperar para fundar un auténtico, y actual, Partido Socialista Democrático Español, dispuesto a enfrentarse en las urnas a Sánchez en las próximas Elecciones Generales Europeas en España del próximo 24 de junio de 2024?
Se opone a ello el que ya existió un PSDE en la transición democrática, cuya figura principal fue el catedrático Prados Arrarte pero no sé si tras tantos años habrán caducado las siglas y podrán rehabilitarse de nuevo y adjudicarse a un partido nuevo que se fundase ahora. En todo caso las siglas son un problema menor.
El objetivo de ese nuevo partido no sería pretender superar a Sánchez en ese primer envite del próximo junio, pero sí un intento claro de decirle “hasta aquí has llegado” e iniciar la reagrupación de una izquierda no marxista realmente democrática y nacional.
Sánchez tiene una inteligencia diabólica basada en hacer cualquier cosa para llegar al poder. Si por algo se le recordará en el futuro es por su capacidad de mentir reiteradamente y cambiar de criterio, donde dije digo dije Diego. Sostuvo en campaña, el YouTube es inmisericorde, unas cosas e inmediatamente tras llegar al poder hizo lo contrario (apoyo de los independentistas no; con Iglesias en el Gobierno no dormiría tranquilo; fue delito de rebelión, etc.) Su ejemplo ha dado alas a muchos socialistas y miembros de su gobierno que lo han imitado con descaro. Hasta hace poco dijeron que la amnistía era inconstitucional, ahora defienden lo contrario…
En suma, razones hay más que suficientes para separarse de Sánchez y hacerle cara. El socialista que no lo haga, sepa que es igual a Sánchez, que no le dé más vueltas. Se les acaba el tiempo.