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Sanciones a Irán y compliance bancario

Sanciones a Irán y compliance bancario
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· Por Elena Arenas González

lunes 04 de marzo de 2024, 17:32h

El pasado mes de febrero una de las noticias más impactantes tuvo que ver con la acusación hecha contra el Banco Santander UK y el banco británico Lloyds por presuntamente haber movido dinero por todo el mundo de forma encubierta como parte de un plan de evasión de sanciones respaldado por los servicios de inteligencia de Teherán. Sin embargo, el Banco Santander se ha defendido alegando que no se ha incumplido la normativa estadounidense sobre sanciones impuestas. Pese a lo anterior, el banco español llegó a perder 3.200 millones de euros de capitalización, cuando la supuesta vinculación de una de sus cuentas con Irán salió a la luz (El Economista, 5 de febrero de 2024). La Petrochemical Commercial Company (PCC, controlada por el Estado Iraní), a la cual Santander UK habría proporcionado cuentas a través de empresas pantalla, formaba parte de una red a la que Estados Unidos acusa de recaudar cientos de millones de dólares para la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní (CGRI, calificado como “grupo terrorista” desde 2029 por EE.UU.) y de trabajar con agencias de inteligencia rusas para recaudar dinero para las milicias iraníes. Tanto el PCC como su filial británica PCC UK están bajo sanciones estadounidenses desde noviembre de 2018.

Actualmente, varios despachos americanos como Block & Leviton y Frank R. Cruz (Gómez, 2024) estudian la posibilidadde presentar una demanda colectiva contra el banco. En caso de que este fuese a juicio y perdiese, las consecuencias podrían incluir multas significativas, pérdida de licencias bancarias, restricciones operativas, daño a la reputación y acciones penales contra los individuos responsables dentro de la institución bancaria. No obstante, “nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario” y, por tanto, habrá que esperar al desarrollo de los acontecimientos.

El cumplimiento normativo, conocido comúnmente como "compliance", es una piedra angular en el funcionamiento de las instituciones financieras a nivel global, especialmente en el contexto de las sanciones impuestas por Estados Unidos hacia países como Irán. En este sentido, el Banco Santander, como una de las principales entidades bancarias a nivel internacional, se encuentra sujeto a estos rigurosos estándares.Por ello, la reciente controversia sobre la vinculación de una cuenta bancaria de dicha institución con entidades relacionadas con Irán ha suscitado un debate sobre el cumplimiento de las normativas internacionales y las implicaciones éticas de las acciones de las instituciones financieras en el contexto geopolítico actual.

La relación entre Irán y EE.UU.

Los motivos que han determinado las malas relaciones y han propiciado el surgimiento de conflictos entre Irán y EE.UU. han sido diversos y cambiantes a lo largo del tiempo.La política de aplicar sanciones económicas a Irán tiene sus raíces en los primeros días de la Revolución Iraní bajo el liderazgo de Jomeini en 1979. Desde entonces, la República Islámica de Irán ha mantenido políticas que entran en conflicto directo con los intereses nacionales y regionales de los Estados Unidos. Aunque la Crisis de los Rehenes ocurrida el 4 de noviembre de ese año marcó el inicio de las primeras sanciones unilaterales por parte de EE.UU., el enfoque del presente artículo se centrará en las sanciones económicas impuestas debido al programa nuclear iraní. Este programa ha sido y sigue siendo el principal obstáculo para una relación positiva entre ambos países.

Imposición de sanciones

Las sanciones económicas unilaterales impuestas por Estados Unidos a Irán siguen un proceso legislativo y ejecutivo riguroso. Se inician con la aprobación del Congreso y del Senado, seguidas de la firma presidencial. Además, el Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado tienen la facultad de establecer normativas complementarias (OFAC, 2019). Como se ha mencionado anteriormente, estas medidas comenzaron tras la Crisis de los Rehenes en enero de 1981.

Entre 1983 y 1992, las sanciones económicas aplicadas a Irán respondieron a diversos motivos más allá de la preocupación por su programa nuclear. Tales motivos incluían el apoyo al terrorismo, el uso de armas químicas por parte de Irak, la amenaza de Irán de minar el Golfo Pérsico y la preocupación general por la proliferación nuclear. Estas sanciones variaban en su alcance, pero principalmente prohibían la exportación de bienes, materiales y productos militares que pudieran respaldar los objetivos sancionados por Estados Unidos.

Sin embargo, a partir de 1994 y especialmente desde 1995, comenzaron a implementarse sanciones económicas con el propósito específico de detener el programa nuclear iraní.Fue en el año 2013 cuando EE. UU. cambio su posición de tolerancia cero respecto a cualquier enriquecimiento iraní. Previamente a este giro de los acontecimientos, durante sus dos primeros años al frente del gobierno de los Estados Unidos, el presidente Barack Obama mantuvo correspondencia con el líder supremo de Irán, el presidente Ahmadinejad (Limbert, 2015). Pero el supuesto fraude en las elecciones presidenciales iraníes de 2009 y la sangrienta represión posterior en las manifestaciones que tuvieron lugar en Teherán imposibilitaron la conclusión de cualquier compromiso o acuerdo entre ambos países.

No obstante, tras el final de la Presidencia de Ahmadinejad y el consecuente inicio de la Presidencia de Rouhani, las relaciones entre ambos culminaron con una llamada telefónica sin precedentes el 28 de septiembre de 2013 y la conclusión del Plan de Acción Conjunto y Completo el 14 de julio de 2015 (Huang 2016). Con el cumplimiento de las obligaciones establecidas en virtud de la firma del PAIC el 14 de julio de 2015, llegó el levantamiento de determinadas sanciones impuestas por EE. UU., así como las impuestas por la ONU y la UE.

Pese a la suspensión de sanciones anteriormente mencionada, desde 2017 Washington volvió a cambiar su visión de Irán a raíz de la llegada del ya expresidente Donald Trump. El 12 de mayo de 2018, Trump anunció la retirada de Estados Unidos del acuerdo (BBC, 2019). Posteriormente, el 6 de agosto de 2018, se impusieron las primeras sanciones relacionadas con esta decisión, seguidas de otras en noviembre del mismo año. Durante 2019, se sumaron nuevas sanciones económicas.

Trump ha afirmado que este conjunto de sanciones constituye la medida más severa hasta la fecha, como parte de una política de "presión máxima" sobre Irán. Según funcionarios estadounidenses, esta política implica castigar cualquier comportamiento o actividad sancionable (Abdelnour, 2019). Trump también ha caracterizado la imposición de estas sanciones como un acto de "guerra económica", expresando su confianza en la victoria (Gearan & DeYoung, 2018).En cuanto a los motivos específicos que justifican la reimposición de sanciones, tanto los analistas como el gobierno estadounidense no han logrado ponerse de acuerdo.

Aunque el actual presidente expresó su intención de volver al acuerdo nuclear de 2015 (PAIC), las sanciones no se levantaron de inmediato. En cambio, se llevaron a cabo negociaciones diplomáticas entre Estados Unidos e Irán, así como con otras partes signatarias del acuerdo, en un intento por restaurar el acuerdo y resolver las tensiones en torno al programa nuclear de Irán. Sin embargo, estas conversaciones enfrentaron obstáculos y desafíos, lo que ha llevado a la continuación de las sanciones en ese momento (Natter y Hordern, 2023).

En último lugar, es preciso destacar la existencia de dos organismos internacionales los cuales también pueden imponer, a su vez, sanciones económicas: la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE). La ONU ha aprobado nueve resoluciones dirigidas a sancionar a Irán, abordando aspectos que van desde la tecnología nuclear hasta restricciones financieras y de viaje. Estas sanciones se fundamentan en el control del programa nuclear iraní y su falta de cumplimiento con obligaciones legales internacionales. Por su parte, la UE establece sanciones mediante una posición común que requiere unanimidad entre los Estados miembros, con un enfoque en detener el programa nuclear iraní y garantizar el uso pacífico de la energía nuclear, destacándose una reciente medida en julio de 2023 que prohíbe la exportación de componentes para vehículos aéreos no tripulados debido al apoyo militar de Irán a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania.

Efectos de las sanciones recientes sobre la economía iraní

Como puede comprobarse con datos del Fondo Monetario Internacional, respecto a las fluctuaciones del Producto Interior Bruto (PIB) iraní desde 2010 hasta el 2020, se destaca como en periodos de aumento de sanciones el PIB es menor, mientras que cuando estas se reducen el indicador aumenta considerablemente. Según el Banco Mundial, el PIB de este país aumentó durante 2020 y 2021. Esto se ha debido principalmente a un repunte de la actividad tras el confinamiento, pese a que las sanciones se han mantenido (Conville, 2023). Además, Irán cuenta con el apoyo de Rusia y China, pues su petróleo es muy importante para los países asiáticos.

Sin embargo, la siderurgia, las petroquímicas y las instalaciones nucleares requieren de mucha agua, principales sectores de la actividad económica iraní, por lo que esta escasez se percibe como un grave problema a largo plazo. Igualmente, desde 2022 con el asesinato de Mahsa Amini han aumentado las protestas sociales, lo cual produce que la producción interior bruto haya vuelto a disminuir. Por todo lo anterior, pese a que no es la primera crisis que atraviesa el país sin contar con el apoyo de occidente, cada vez es menos probable que supere dichas recesiones.

Algunas conclusiones

En primer lugar, las sanciones económicas son un buen incentivo para Irán de cara a un cambio en su regulación de derechos fundamentales y configuración nuclear, pues esta puede alterar el statusquo de los países provocando una situación de alerta en el resto y un efecto domino de cargamento nuclear. Igualmente, aunque haya estado resistiendo a las recientes crisis internas del país, llegara un momento en un futuro no muy lejano donde este deba acatar los requisitos impuestos por el resto de los estados al no poder soportar sus problemas económicos.

Un segundo Plan de Integración Conjunta, siguiendo el modelo del primero, es una medida más rápida y eficaz. Además, Biden ya mostró al inicio de su mandato su deseo de restaurar la relación previa a su actual rival Trump. Si bien es importante no olvidar que en noviembre se celebran elecciones en Estados Unidos, lo cual podría volver aumentar las sanciones en caso de una victoria republicana.

Por otro lado, el banco español deberá ser sometido a una investigación para demostrar si las acusaciones son ciertas o meras falacias, pues actualmente no hay una resolución judicial o administrativa firme que respalde ninguna de las dos posturas. Sin embargo, cabe destacar que no sería la primera vez en la que se acusa a un banco británico de infringir las restricciones y ayudar a Irán a evadirlas, lo cual crea cierta sospecha.

Pese a que las sanciones económicas sean una medida eficaz, los cambios esperados ocasionados por estas son más tardíos que los que se vieron en 2015 cuando se aprobó el PAIC, lo cual demuestra como una vez más la diplomacia es la mejor forma de resolución de conflictos y adopción de acuerdos.


Fuentes

BBC (2 de mayo de 2019). Six charts that show how hard US sanctions have hit Iran.

https://www.bbc.com/news/world-middle-east- 48119109

Consejo de la Unión Europea. (s.f.). Iran sanctions.

https://www.consilium.europa.eu/es/policies/sanctions/iran/

ElEconomista (2024, 5 febrero). Santander se defiende por la vinculación de una cuenta con Irán: «No hemos incumplido la normativa sobre sanciones». elEconomista.es.

https://www.eleconomista.es/banca-finanzas/noticias/12657655/02/24/santander-se-defiende-por-la-vinculacion-de-una-cuenta-con-iran-cumplimos-las-obligaciones-legales-y-regulatorias.html

Gearan, A., & DeYoung, K. (8 de mayo de 2018). Trump pulls United States out of Iran nuclear deal, calling the pact ‘an embarrassment’. The Washington Post.

Gómez, L. (2024, 7 febrero). Varios despachos americanos estudian una demanda colectiva contra Santander por la cuenta vinculada a Irán. elEconomista.es.

https://www.eleconomista.es/banca-finanzas/noticias/12661711/02/24/varios-despachos-americanos-estudian-una-demanda-colectiva-contra-santander-por-la-cuenta-vinculada-a-iran.html

Huang, X. (2016). The Iranian nuclear issue and regional security: dilemmas, responses and the future. Department of Political Affairs, Middle East and West Asia Division.

Limbert, J. (2015). The Obama Administration. Web de The Iran Primer

http://iranprimer.usip.org/resource/obama-administration

Moreno, G. (2020, 13 enero). Los vaivenes económicos de Irán. Statista Daily Data.

https://es.statista.com/grafico/20472/pib-real-en-la-republica-islamica-de-iran/

Natter, A., & Hordern, A. (2023, 15 noviembre). Asesor de Biden dice que las sanciones reducirán las exportaciones de petróleo de Irán. Bloomberg

https://www.bloomberglinea.com/2023/11/15/asesor-de-biden-dice-que-las-sanciones-reduciran-las-exportaciones-de-petroleo-de-iran/

OFAC. (2019). OFAC FAQs: Iran's Sanctions. Web de la OFAC: https://www.treasury.gov/resource-center/faqs/sanctions/pages/faq_iran.aspx

Política Exterior. (2023, 18 mayo). Factores económicos de las protestas en Irán,Política Exterior.

https://www.politicaexterior.com/articulo/factores-economicos-de-las-protestas-en-iran/

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