¿Podrá Madrid, finalmente, convertirse en sede olímpica? Nadie, a día de hoy, lo sabe. Por ello lo único que podemos hacer es analizar sus puntos a favor y sus puntos en contra, ante la más que segura concurrencia competitiva de muchas ciudades de Europa y de otras partes del globo que optarán a acoger la tan ansiada llama olímpica.
Cinco las fortalezas de Madrid son:
· Récord de visitantes. Madrid está de moda. Las cifras de turistas que deciden venir y pernoctar en la capital española es la más alta desde que se tienen registros. Sus excepcionales números hacen que España esté compitiendo seriamente con Francia y Estados Unidos por ser el país más visitado del mundo, según los datos de la Organización Mundial del Turismo, que tiene su sede en la calle Poeta Maragalll en el madrileño distrito de Tetuán.
· Experiencia contrastable en celebración de eventos. Madrid ha sido sede de importantes cumbres internacionales y ha sacado un sobresaliente de nota, sobre todo en lo que respecta a la seguridad. Asimismo, es líder mundial en celebraciones de congresos de toda índole, siendo IFEMA una referencia en este ámbito.
· Instalaciones deportivas óptimas. Madrid tiene casi la totalidad de las infraestructuras construidas, de un nivel excepcional. Asimismo, tiene capacidad para distribuir en todos los distritos de la ciudad las diferentes competiciones deportivas por el excelente estado de sus instalaciones deportivas.
· Eventos deportivos de primer nivel en el futuro. Madrid será el escenario de un novedoso circuito de Formula 1 en 2026 y de la final de la Copa Mundial de Futbol en 2030.
· Puente entre Europa y Latinoamérica. Madrid ejerce desde hace tiempo como enlace cultural y deportivo entre estos dos territorios, donde el español como idioma está escalando posiciones en un mundo cada vez más globalizado e informatizado. En la actualidad, el español es el idioma más estudiado después del inglés y del chino mandarín y mucho tiene que ver en ello la labor del Instituto Cervantes, cuya sede principal está en el número 49 de la madrileña calle de Alcalá, en el distrito Centro.
Cinco debilidades de Madrid son:
· La más que previsible falta de unanimidad política en el Pleno de Madrid. Mas Madrid, con 12 concejales, y Vox, con 5 concejales, han dejado entrever que no apoyarán que la capital de España opte a ser sede olímpica en un futuro próximo. Estos partidos políticos no existían cuando Madrid dio la batalla internacional para cumplir este objetivo hace algunos años. Esta “nueva política” impedirá la imagen de unanimidad que sí escenificaron antaño Alberto Ruíz Gallardón, Trinidad Jiménez e Inés Sabanés.
· La indecisión de Madrid. Las autoridades madrileñas no han desvelado sus planes de futuro, tan sólo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha dejado entrever hace poco su deseo olímpico en público en una comparecencia. Albergar unos juegos requiere tiempo, la realización de un proyecto ilusionante y el fichaje de los mejores. En mi opinión, ya vamos tarde y hemos perdido el escaparate de París 2024 para promocionar una futura candidatura.
· La caída de apoyo popular. Los fiascos de 2012, 2016 y 2020 han contribuido a que haya algunos madrileños que consideren que no se deba pelear una vez más.
· La situación política en España. Es improbable que el Estado, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid vayan de la mano, como sí lo hicieron con anterioridad. Al menos, no con la misma intensidad. El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, es una persona muy poco proclive a propiciar acuerdos de país y prefiere otro tipo de pactos más endebles.
· En proyecto de Berlín. La propuesta alemana, creada para borrar 100 años después los Juegos de Berlín 1936, marcados por el nazismo, se perfila con muchas opciones de ganar. Al calculado simbolismo hay que añadir la acreditada previsión y capacidad de trabajo de las autoridades germanas.
Estoy seguro que más pronto que tarde Madrid será olímpica. Creo que no lo lograremos en 2036, pero el sueño olímpico no debe desvanecerse y tenemos que ser capaces de estipular un proyecto olímpico a largo plazo que no desarticule ante un fracaso.
Esto se llama política de ciudad con mayúsculas y mucho me temo que algunos de nuestros representantes políticos viven muy al día.