“Los anuncios de Illa en materia fiscal, manteniendo una presión tributaria a personas y empresas más elevada que en el resto de España, la paralización de infraestructuras como el aeropuerto para atender las exigencias de sus socios de investidura o el anuncio de la negativa a proyectos que iban a generar miles de empleos como Hard Rock son una mala noticia para las empresas, el empleo y la economía catalana”, afirma Josep Bou, presidente de EC.
Empresaris de Catalunya ve con preocupación que el nuevo presidente de la Generalitat haya renunciado a proyectos clave para Cataluña a cambio de satisfacer a sus socios de investidura.
Además, desde EC se considera que el traspaso a Cataluña de la gestión tributaria, saliendo del régimen común, “es una concesión política que van a pagar las empresas”. Bou resalta que “más allá de la incertidumbre sobre la capacidad de gestión de la Generalitat en esta materia, las empresas catalanas pagaremos un alto precio en el resto de España por la insolidaridad de nuestros políticos”.
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