En medio de la creciente preocupación por una desaceleración de la economía estadounidense, la continua depreciación del dólar y el creciente escepticismo hacia Estados Unidos como socio económico y aliado militar, el oro se considera un activo refugio. Desde mediados de 2024, este sentimiento se ha extendido a los inversores occidentales, que antes estaban poco expuestos al oro y al sector minero aurífero. Sin embargo, en 2025 creció el interés de los inversores institucionales europeos y norteamericanos, sobre todo por los ETF de oro.
En el contexto de la desdolarización, proceso iniciado en 2020 (sobre todo con China), los bancos centrales y los fondos soberanos de los mercados emergentes han intensificado sus compras de oro.India, que se había abstenido de comprar oro durante varios años, ha realizado recientemente importantes compras. El Banco de la Reserva de la India añadió casi 75 toneladas de oro a sus reservas en 2024 y siguió acumulando oro en el primer trimestre de 2025. Los bancos centrales europeos han mantenido, en su mayor parte, sus existencias, con la excepción de Polonia, que ha añadido casi 50 toneladas desde principios de 2025.
Desde que tocó techo en abril, el mercado del oro ha entrado en una fase de corrección, cayendo brevemente hasta los 3.177 dólares por onza. El metal precioso parece entrar en un periodo ligeramente menos favorable a corto plazo. Este movimiento encaja con el comportamiento clásico del mercado de este mercado, que tiende a progresar por etapas. Creemos que habrá una demanda continuada por parte de los bancos centrales, especialmente teniendo en cuenta el actual escepticismo con respecto al dólar estadounidense, que se espera que se mantenga.