Por primera vez, todas las compañías acreditadas han obtenido la
máxima distinción de tres estrellas del sello t de transparente, lo que refleja un cumplimiento de los estándares superior al 90%. Además, todas ellas han renovado dicha acreditación un año más. Ambos aspectos confirman el avance y el compromiso de este grupo de compañías, que llevan años liderando la transparencia en responsabilidad fiscal no solo en España, sino también a nivel internacional.
Perfil de las empresas acreditadas
Las empresas que han obtenido la acreditación este año representan una amplia variedad de sectores clave para la economía española, incluyendo infraestructuras y transporte (Aena y Cellnex), tecnología y servicios digitales (Amadeus y Telefónica), industria y automoción (Acerinox y CIE Automotive), energía (Enagás, Endesa, Iberdrola y Repsol), banca y servicios financieros (BBVA, Banco Sabadell y CaixaBank), inmobiliario (Inmobiliaria Colonial), y redes eléctricas (Redeia).
Esta diversidad sectorial pone de manifiesto que el compromiso con la transparencia fiscal es transversal y alcanza a empresas líderes en diferentes ámbitos de actividad.
Nuevos estándares para 2026
La Fundación Haz anuncia que, tras un año de trabajo de consulta con los responsables fiscales de las empresas del IBEX 35, autoridades y expertos fiscales, el próximo 2026 entrarán en vigor unos nuevos estándares e indicadores para la obtención del sello de transparencia sobre responsabilidad fiscal: t de transparente.
El objetivo de esta revisión ha sido doble: por un lado, adaptar el estándar a las mejores prácticas nacionales e internacionales (GRI 207, Fair Tax, OCDE, EBTF, Termómetro de Responsabilidad Fiscal Empresarial y el Corporate Sustainability Assessment de S&P), a las nuevas exigencias regulatorias y a las crecientes expectativas de los grupos de interés, y, por otro, ofrecer a las empresas una herramienta útil y rigurosa para rendir cuentas de su contribución fiscal de manera clara, comprensible y alineada con los valores de buen gobierno y sostenibilidad.
“En la elaboración de los nuevos estándares hemos querido establecer un equilibrio entre la exigencia de una mayor calidad y desglose de la información fiscal y la necesidad de que las empresas reflejen su diálogo con los grupos de interés y su posicionamiento público ante los temas fiscales”, señala Javier Martín Cavanna, director de la Fundación Haz.
Así, el nuevo estándar refuerza la exigencia en materia de transparencia y buen gobierno fiscal, estructurando los requisitos en ocho grandes áreas y un total de 18 indicadores. Estas áreas abarcan la publicación de una política o estrategia fiscal aprobada por el consejo de administración; la supervisión y gestión de riesgos fiscales, incluyendo la transparencia sobre litigios y denuncias; la publicación de la declaración país por país y la información detallada sobre beneficios, impuestos y tipos efectivos; la transparencia sobre la presencia en paraísos fiscales; la información sobre la contribución fiscal global y su relación con la sostenibilidad y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); la transparencia sobre la relación con el auditor externo y la garantía de independencia; la adhesión al Código de Buenas Prácticas Tributarias y la presentación voluntaria del Informe de Transparencia Fiscal a la Agencia Tributaria, y la gestión de las inquietudes de los grupos de interés y la participación en foros y debates sobre transparencia fiscal.
La metodología de valoración mantiene el sistema de puntuación vigente, catalogando el cumplimiento como total, parcial o no cumplimiento, además de las tres mismas categorías de sello: tres estrellas si se supera el 90% de la puntuación; dos estrellas, entre el 80 y 90%, y una estrella con una puntuación del 70-80% del total.
“La responsabilidad fiscal implica una doble exigencia: por un lado, cumplir con los mejores estándares y prácticas de transparencia y rendición de cuentas; y por otro, no tener miedo a expresar su propia opinión y participar activamente en el debate público sobre fiscalidad, especialmente en un contexto en el que proliferan discursos simplistas y populistas. Animamos a las empresas a que, además de informar con rigor y claridad, contribuyan con su voz y experiencia a un debate fiscal más informado y constructivo”, subraya Martín Cavanna.