Desde su infancia en el barrio de Cercado de Araña, en las Islas Canarias, comenzó a trabajar por cuenta propia en pequeñas tareas eléctricas. Este primer contacto con el mundo técnico le brindó no solo conocimientos prácticos, sino también una temprana noción de responsabilidad profesional y autonomía. Con solo 21 años, y con el apoyo familiar como único recurso, tomó la decisión de emprender por su cuenta. El primer gran paso fue la compra de un camión, con el que inició su actividad sin un plan de negocios formal, pero con una clara intención de progresar. Su empresa fue creciendo gradualmente, primero en el ámbito de la construcción, y luego abriéndose camino hacia el sector turístico, justo cuando las Islas Canarias se posicionaban como un enclave atractivo para el desarrollo hotelero.
Construcción como punto de partida en la vida de Santiago Santana Cazorla
En sus primeros años como empresario, Santana Cazorla concentró sus esfuerzos en proyectos de construcción en la región. Las primeras obras residenciales y de infraestructura fueron fundamentales para adquirir experiencia y consolidar su reputación local. Pronto su empresa pudo optar a contratos de mayor envergadura, lo que impulsó su presencia en el ámbito de las obras públicas en varias islas.
A lo largo de las décadas de los setenta y ochenta, sorteó con habilidad las dificultades del contexto económico, apostando por una estructura empresarial ágil. Fue en este periodo cuando comenzó a incursionar en el turismo residencial, desarrollando urbanizaciones como la de Pasito Blanco. Este giro estratégico permitió una diversificación que reforzó sus ingresos corporativos y aprovechó el auge de la demanda vacacional en el archipiélago.
Crecimiento más allá de las islas
La visión empresarial de Santana no se detuvo en las fronteras insulares. Con el tiempo, su grupo asumió proyectos en distintas zonas de España y dio el salto al extranjero. Un momento clave fue la adquisición del club Aldiana, que facilitó la entrada al mercado europeo. Esta expansión permitió una internacionalización empresarial y una participación destacada en el sector de los resorts turísticos.
El compromiso ambiental también formó parte del modelo de desarrollo. Gracias a colaboraciones con instituciones técnicas, se implementaron materiales de bajo impacto y soluciones eficientes en consumo energético. El grupo integró una filosofía de construcción sostenible, manteniendo altos estándares de calidad en todos sus procesos y cuidando el medioambiente.
En el plano interno, Santiago Santana apostó por una cultura corporativa inclusiva, en la que el bienestar del personal y el desarrollo profesional eran prioridades. Esta filosofía contribuyó a la creación de equipos cohesionados, con políticas de formación interna y estructuras pensadas para maximizar la eficiencia operativa.
Un enfoque progresivo y estratégico
Lejos de responder a una fórmula única, la trayectoria de Santiago Santana se desarrolló sobre decisiones calculadas, avances pausados y una mirada siempre atenta al entorno. Cada nuevo paso se dio tras evaluar riesgos y oportunidades, con una apuesta firme por el crecimiento consolidado.
Gracias a esta estrategia, pudo crear una estructura empresarial con una sólida presencia en la industria turística y en el ámbito de la construcción. Su historia demuestra cómo la visión estratégica, combinada con trabajo constante, puede dar forma a un proyecto duradero y con fuerte impacto en el tejido económicoregional.