El artista Luis Agulló (Lima, 1975) expone en Havet Gallery, una de las firmas más prestigiosas del Barrio de Salamanca. Agulló no solo llama la atención por su obra, donde rompe la superficie pictórica con cortes que recuerdan a Lucio Fontana, sino por su atípica trayectoria: de la precisión técnica como diseñador senior en Ferrari al mundo libre del arte. Hablamos con él sobre cómo se traduce la exactitud del diseño de lujo en valor de mercado, los riesgos del coleccionismo emergente y la clave para que un artista joven se consolide como activo de inversión.
Con un discurso plástico que explora los límites del soporte pictórico,
Luis Agulló se ha consolidado como uno de los artistas españoles con mayor proyección dentro del coleccionismo contemporáneo. Su nueva exposición en
Havet Gallery —espacio de referencia para grandes coleccionistas— marca un punto de inflexión en su trayectoria. Finalista del Premio BMW y presente en el Archivo del Museo de Arte Abstracto de Cuenca, Agulló representa una nueva generación de creadores que entienden el arte no solo como expresión estética, sino como
activo cultural y valor refugio para inversores que buscan autenticidad y largo recorrido.
En Pájaros y otras series, usted interviene físicamente la superficie pictórica, cortando o abriendo el soporte. ¿Es una metáfora de romper límites, o una forma de invitar al espectador a mirar “más allá”?
Cuando empecé a realizar los primeros cuadros de Pájaros, los cortes sí suponían un reto ya que me planteé no representar los pájaros de manera tradicional, sino hacerlo de forma simbólica. Esta limitación gráfica auto impuesta ha sido un denominador común en el punto de partida de otras series y me resulta estimulante trabajar con condicionantes. Sin embargo, una vez superado el reto técnico, me interesa más la reacción de las personas al darse cuenta que los pájaros no están pintados, ni encolados, sino que forman parte del propio lienzo. Ahí es donde se abre el diálogo entre el espectador y el cuadro y cada uno empieza a sacar sus propias conclusiones sobre el proceso que hay detrás.
Tras ganar un premio internacional en Ferrari, dio un giro a su carrera. ¿Qué aprende un artista del rigor y la precisión del diseño de coches de lujo cuando está frente a un lienzo? ¿Cómo aplica esa mentalidad al caos creativo de una obra como "Estampida"?
Diseñar un coche de cero, como cualquier otro producto, requiere seguir unas pautas que en algunas fases son muy metódicas. Sin embargo, para mí, la fase inicial siempre es hiper creativa y libre. En el caso de los coches implica buscar un concepto y transmitir una idea sólida y esta búsqueda yo siempre la he hecho a partir de bocetos a mano alzada, muy rápidos, gestuales y esquemáticos. Luego se va acotando y desarrollando la idea hasta sumergirte en todo el proceso donde sí se trabaja de forma quirúrgica. La fase de creación y conceptualización es la que más disfrutaba y lo reflejo de forma libre en mi pintura.
En el caso de “Estampida” se trata de un caos controlado, ya que la obra surge de una idea, pero luego la representación de cada pájaro está hecha a partir de cortes individuales y metódicos que no están ubicados al azar. Precisamente eso es lo más complicado: que parezcan completamente aleatorios cuando no lo son. En resumen, la pintura también tiene diferentes fases en el proceso, unas más creativas y otras más técnicas.
Havet Gallery tiene una trayectoria consolidada y una relación estrecha con coleccionistas privados. ¿Qué supone para usted exponer allí en términos de consolidación de mercado y proyección hacia el coleccionismo internacional?
Trabajar con Havet supone una oportunidad buenísima para seguir creciendo como artista e introducir mi obra en un circuito relevante del mundo del arte. Es una galería con muchísimo recorrido que representa y vende obra de artistas consagrados. El hecho de que Havet Gallery avale mi trabajo de cara a sus clientes -que son grandes coleccionistas-, supone un empujón importante para entrar en la primera linea de batalla a la que es muy difícil acceder de otra manera. Y las puertas se abren, porque algunos coleccionistas de Plensa, Genovés, Miró o Millares, ahora también apuestan por Agulló y eso es muy fuerte.
Cada vez más inversores incorporan arte a sus carteras como valor refugio o activo de diversificación. ¿Cree que el arte contemporáneo español está logrando consolidarse como un mercado de confianza para ese perfil de inversor?
El arte español siempre ha sido relevante si lo consideramos desde el punto de vista de inversión. A lo largo de la historia España ha sido cuna de muchos grandes pintores que hoy en día tienen un valor de mercado en alza: Goya, Velázquez, Sorolla, Picasso, Miró, Dalí.. por citar a algunos. Y otros más contemporáneos como Barceló, Tapies, Valdés, Plensa y que siguen subiendo en su cotización.
Lo que considero que falta en España pero que poco a poco estamos empezando a verlo, es la apuesta de los museos y las instituciones por artistas “emergentes” porque éstas no invierten en ellos. Cuando digo “emergentes” me refiero a emergentes de verdad, ya que en España llamamos artistas emergentes a aquellos que ya tienen un recorrido muy importante y con obras en colecciones potentes, ferias de renombre y un historial de exposiciones que en cualquier otro país se consideraría consolidado. Aquí parece que si no tienes 60 o 70 años no tienes derecho a consolidación y este concepto me parece casposo y lastra.
Es cierto, y volviendo a la pregunta, que ciertas carteras de inversión privadas sí son más valientes y siguiendo un criterio propio, apuestan por artistas desconocidos y esto supone un empujón para su carrera. Al final, lo bonito del arte es que, si le va bien al artista, le va bien a sus coleccionistas y a sus galerías, en definitiva, un win-win.
Ha sido finalista del Premio BMW y figura en el Archivo del Museo de Arte Abstracto de Cuenca. ¿Cuál es su visión a medio plazo: expansión internacional, colaboraciones institucionales o consolidación de la marca “Luis Agulló” en el ámbito del coleccionismo privado?
Creo que los tres enfoques son necesarios para una carrera artística relevante, aunque quizás lo más interesante para mí en estos momentos es abrirme al mercado extranjero a través de galerías que estén en la misma línea de Havet y que generen sinergias entre ellas mediante exposiciones y colaboraciones. La visibilidad en el extranjero apoya todo lo demás de manera natural y las colaboraciones institucionales son importantísimas para coger peso y eso genera interés entre coleccionistas.
En este mundo, aunque puedes y debes tener un plan, tampoco hay que vivir obsesionado porque la realidad es que los hechos se desarrollan de manera imprevisible. Hay que trabajar enfocado en tu obra y estar atentos a las oportunidades.
Luis Agulló - Solo Show
Fechas: 15 septiembre - 15 noviembre de 2025
Horario: L a V de 10 a 15 h y de 17 a 20 h / S de 12 a 18 h
Ubicación: Havet Gallery. Calle Velázquez, 86A, Madrid
Entrada libre