Los V Juegos Mundiales Nómadas se celebraron en Astaná, la capital de Kazajstán, del 8 al 13 de septiembre de 2024, bajo el patrocinio de la UNESCO. Este evento, conocido como los "Juegos Olímpicos de los nómadas", reunió a más de 2.500 atletas de 89 países para competir en deportes tradicionales como carreras de caballos, lucha, tiro con arco, juegos intelectuales y kokpar (un juego con una cabra sin cabeza). Kazajstán dominó el medallero con 112 preseas (43 de oro, 32 de plata y 37 de bronce), seguido de Kirguistán y Uzbekistán. Además de las competiciones, incluyó actividades culturales, un pueblo étnico y una ceremonia de apertura espectacular, celebrando la herencia nómada de Asia Central.
El siguiente paso en el desarrollo de los intercambios culturales fue el V Festival Internacional de Cetrería “Shygys Salburyny-2025”, celebrado en la región de Ulan, en el este de Kazajistán. Más de 100 cazadores con aves rapaces de Kazajistán, España, China, Mongolia, Hungría, Rusia y Kirguistán participaron en el festival, mientras que cerca de 10.000 personas asistieron como espectadores.
Este festival Shygys Salburyny tiene como objetivos promover y preservar las tradiciones y la cultura de los antepasados nómadas. El festival incluyó varios deportes nacionales. Un punto culminante fue la competencia de berkutchi (cetrería), donde un cazador con su águila real demostraba sus habilidades. El mejor berkutchi del festival fue Baytbai Amirkhan, de la región de Almatý.
Los participantes y asistentes al festival sintieron una fuerte conexión con sus raíces, experimentando el mismo espíritu que sus antepasados sintieron hace miles de años fomentando el mantenimiento y conservación de las tradiciones. El evento promueve la conservación, popularización y transmisión de la herencia cultural a las próximas generaciones, asegurando que estas tradiciones nunca sean olvidadas.
España estuvo representada en estos juegos deportivos por Luis Gijarro Panadero, un experimentado criador de aves de presa que había participado previamente en los Juegos Mundiales de los Nómadas 2024. Su participación se convirtió en un símbolo importante del intercambio internacional de experiencias y del interés de Europa por las tradiciones de la estepa.
Tras el festival, Luis compartió sus impresiones:
«Me resultó muy interesante conocer la cultura y la historia de Kazajistán», afirmó.
El festival en la región de Ulan no fue solo un evento deportivo, sino un ejemplo de cómo la cultura puede unir a las personas. Los participantes españoles destacaron el alto nivel de organización y la cálida acogida, y expresaron su disposición a regresar a Kazajistán para participar en futuros eventos.
Estos eventos se convierten en una parte importante de la diplomacia cultural. Ayudan a fortalecer los lazos entre los países no a través de protocolos oficiales, sino mediante experiencias personales, vivencias compartidas y respeto por las tradiciones. Este año, el festival se celebró justo antes del Día de la República — 25 de octubre, lo que le confiere un significado simbólico especial. El Día de la República conmemora la adopción de la Constitución de la RSS de Kazajistán en 1990 y simboliza la consolidación del Estado, el fortalecimiento de la identidad nacional y la independencia del país. Para Kazajistán, es una oportunidad de mostrar al mundo que su cultura es viva, abierta y dispuesta al diálogo. Para España, es una manera de descubrir en otra cultura valores propios: amor por la libertad, la naturaleza y la destreza.
Información adicional:
El Día de la República de Kazajistán es la fecha en la que el país dio su primer paso hacia la independencia de la Unión Soviética. El 25 de octubre de 1990 se adoptó la Declaración de Soberanía Estatal de la RSS de Kazajistán, que marcó el comienzo de una nueva etapa en la historia del Estado y su camino hacia la plena independencia. Este día se ha convertido en un símbolo de la formación del Estado, del fortalecimiento de la identidad nacional y del establecimiento de un sistema de gobierno propio. La festividad recuerda el anhelo de libertad y une a los kazajos en el respeto por la historia y el patrimonio cultural de su nación.