La Constitución establece que ‘El Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política del Gobierno mediante la adopción por mayoría absoluta de la moción de censura (Art. 113.1)’. Además, la moción ‘habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno’ (Art. 113.2). En el mismo sentido, el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid prevé que ‘La Asamblea puede exigir la responsabilidad política del Presidente o del Gobierno mediante la adopción por mayoría absoluta de la moción de censura... y habrá de incluir un candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid’ (Art. 20).
De esta forma, la moción de censura a los gobiernos nacional y autonómico se convierte en lo que en el argot político-jurídico se conoce como ‘moción de censura constructiva’. Con ellas, según el Letrado de las Cortes Generales Santaolalla López, ‘se cierra el paso a las mociones (y mayorías) puramente negativas que desembocan en la caída del Gobierno pero sin consideración alguna a la posibilidad de formar un equipo sucesor. Se requiere ahora que las mociones vayan acompañadas de un candidato... La destrucción de un Gobierno va unida a la construcción de uno nuevo, evitándose los paréntesis tan peligrosos para el Ejecutivo. Y, desde luego, desincentivándose la presentación de estas iniciativas, tan favorecedoras de la inestabilidad política’.
Además, en la legislación que regula el proceso se marca una diferencia, con métodos distintos, entre: La Reprobación en sí, que, sin derecho a réplica, puede exponer ante la Cámara cualquiera de los firmantes de la moción. Y la Propuesta de un nuevo Programa de Gobierno, que podría conseguir la confianza en beneficio del candidato que defendiera el programa; y que, para mejor explicación, en este caso sí dispone de los tiempos y turnos de réplica y dúplica que están marcados.
Esto es lo legislado; y en estas circunstancias se habla en estos días de los Anuncios de mociones de censura que hace la Coalición Podemos. En ambos casos (gobierno nacional y autonómico), sin, a priori, disponer de mayoría para lograr la censura constructiva. Pero con una diferencia: Sin anunciar candidato para defender la que se anuncia en el Congreso de los Diputados contra el Presidente Mariano Rajoy. Y presentando candidata para presidir la Comunidad Autónoma de Madrid, en sustitución de Cristina Cifuentes: la abogada Ruiz-Huerta, del Sector Anticapitalista de la coalición, que resultó elegida portavoz de Podemos en la Asamblea en sustitución del errejonista purgado José Manuel López.
Tras la aparición en televisión, ayer, de los candidatos a Primarias en las filas socialistas, ‘hoy toca que Podemos busque protagonismo’, advirtió alguien al comienzo del acto de Nueva Economía Fórum en el Ritz, mientras Ruiz-Huerta, vestida en rojo, comparecía como oradora.
Los comentarios, al principio, se ocupaban del barrido a la alcaldesa Carmena, anunciada para presentar el acto y sustituida por Pablo Iglesias. Una periodista lo expresó divertida: ‘Le tiran las cámaras más que a un tonto los palotes’. ‘Controlar a la Anticapitalista’, precisó un compañero. Otro echó unas cuentas, advirtió la frecuencia de Iglesias en el Ritz y, cuando éste empezaba a hablar, apuntó: ‘Ya no habla de quitar los rolex a los hombres, como antaño. Se ha convertido en casta. Pura casta’. Tras el empiece, apareció Íñigo Errejón, al que habían guardado silla, pero de espaldas al orador y enfrente de Rita Maestre. Una locutora joven cuchicheó algo al micrófono: ‘Siguen llegando en grupo, pero en grupos pequeños, como manaditas a trote lobero’. Alrededor de la mesa, la grey del conjunto. Un poco más allá, más grey y el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, Calvo, huidizo y esquivando preguntas sobre la Operación Chamartín. Algo más acá, sindicalistas de Coca-Cola con sus lemas (‘Ni nos doman, ni nos doblegan). Al otro lado, más congregación, algún empresario, el presidente de CEIM, y unos embajadores.
En la presentación, Iglesias obvió la pertenencia (Anticapitalista) de la oradora y aprovechó el lance para hablar de una corrupción que tomó como motivo para las mociones de censura.
Tras él, el discurso de Ruiz-Huerta fue una mezcla de ‘argumentario’ partidista. Con frases para propios e iniciados. En medio de una clac de compañeros y compañeras, correligionarios y correligionarias que, con motivo o sin él, prorrumpían en unos aplausos que a unos llenaban de pasmo (los propios) y a otros de asombro (el resto).
En media hora, leyó una alocución que dividió en dos partes: Una, para fijar que el motivo de la moción es la corrupción del PP detectada en la CAM, siguiendo lo apuntado por un Iglesias, que, avieso, aquilataba de cerca. La otra para tratar de hilar un programa alternativo de gobierno que no llegó a definir. Sólo unas críticas a las políticas ‘insostenibles del PP', que ‘tienen su base en el endeudamiento... que es incapaz de generar recursos’. Que generará un déficit del 200% del PIB, que ‘tiene una política tributaria inferior al resto de España’, con una ‘política fiscal que beneficia a los más ricos’. Y que conduce a una afirmación tajante que alguien anotó en mayúsculas: MÁS IMPUESTOS.
MÁS IMPUESTOS. Esa fue la idea estrella de la candidata a Presidir la CAM. Hubo también, como diluyendo ideas en un magma global previo de ‘pre-verdad’ (falso, no unido pero apuntando a otro de pos-verdad), una segunda retahíla de dichos, sacados del argumentario comunista antiguo. Ajeno a las ideas frescas del movimiento 15-M, devenidas en manidas y ajadas por el uso, que en sólo seis años han decaído hasta convertirse en lo que hoy queda.
Preguntas, que se soslayan. Otras, que se retuercen. Concrecciones, que se evitan. Sanidad. Educación. Estado del Bienestar. Financiación. Telemadrid. Ciudad de la Justicia. Referencias a las Primarias del PSOE. Y un Programa de acción, que no se expone ni explica.
Como colofón, el resumen de un periodista en la salida:
‘La noticia de Podemos hoy ha sido... Gabilondo’.
Y es que Ángel Gabilondo, el portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, fue el principal motivo de atención en el acto de Podemos. Más que Pablo Iglesias, que la candidata Ruiz-Huerta y que sus cohortes. Sin hacer nada. Callado en un principio y atendiendo a la pléyade de periodistas y cámaras que le rodearon en la salida. Sólo constatando. Y madrugando para el PSOE el protagonismo de una actualidad que se convirtió en noticia entre las censuras y mociones de censura que anuncia Podemos.