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PRIMARIAS DEL PSOE

Un rotundo No al "Si es Si"

Macarena Elvira
Macarena Elvira

· Por Macarena Elvira, miembro del comité regional del PSOE de Madrid

sábado 20 de mayo de 2017, 09:50h

Nunca pensé que tendría que contestar a un candidato a la Secretaria General del PSOE por utilizar mi nombre y atribuirse mi representación, pero tengo que reconocer que tampoco llegué a pensar que una militante que hubiera perdido dos Elecciones Generales consecutivas y hubiera llevado a las siglas a las que pertenezco a diluirse en una apuesta pluripartidista con simulacro de auténtica izquierda, pudiera pretender liderar otra vez el PSOE envuelto en un halo de victimismo desafiante como principal baluarte para ganar el voto de los militantes. Me estoy refiriendo a Pedro Sánchez. Soy militante del PSOE desde hace muchos años, Pedro Sánchez no me representa y por tanto no es el candidato de la militancia. En este proceso la única persona que me representa soy yo misma, gracias a que se amplió la participación democrática directa de los militantes en la elección del/la Secretario/a General del PSOE en el anterior proceso de elección. Por cierto y a modo de recordatorio, el proceso en el que fue elegido Pedro Sánchez pero cuyo cambio estatutario de ampliación de derechos de los militantes, nunca propuso él sino que fue Eduardo Madina.

Pedro Sánchez nunca pidió un militante un voto. Pudo haberse sumado a la defensa de la participación activa y directa de los militantes en la elección al Secretario General, pero sin embargo, no lo hizo.

Un proceso, por cierto,Modificación estatutaria, por cierto, que no fue propuesta en ningún momento por Pedro Sánchez , pudo haber defendido la participación activa y directa de los militantes en la elección al Secretario General pero sin embargo no lo hizo. Fue Eduardo Madina quien pidió y consiguió un militante un voto para elegir a los Secretarios Generales del PSOE.

Pero más allá de eso, Sánchez, después de haber sido elegido por los militantes, en numerosísimas ocasiones no ha representado a los militantes porque ha cercenado nuestra participación cambiando las propuestas de las bases fraguadas en los debates democráticos de las Agrupaciones y las Federaciones y las decisiones personales de los militantes por decisiones no consultadas ni debatidas deslegitimando el engranaje democrático de nuestro Partido, mostrando su desprecio hacia nosotros.

En el Comité Federal del 17 de octubre de 2015, no le tembló la voz al decir que “El PSOE no es patrimonio de sus militantes” al decidir cambiar la lista de candidatos propuestos por los militantes de Madrid al Congreso de los Diputados incluyendo independientes propuestos directamente por él como fue el caso de Irene Lozano y en perjuicio de los intereses del Partido como se demostró en las Elecciones.

Al igual que ocurrió en Madrid tampoco respetó en otras Federaciones el resultado democrático de elección de candidatos. Fue la época en la que como Sánchez tenía mayoría en el Comité Federal, los Secretarios Generales de las distintas Federaciones no eran los mal llamados “barones” del aparato del PSOE y las decisiones del Comité Federal eran las adecuadas frente a las propuestas de los militantes. Los miembros del Comité Federal, máximo órgano del PSOE entre Congresos si era el órgano legitimado y los militantes no.

Por eso, cuando ahora defiende un modelo que él nunca practicó porque manejó a su antojo al PSOE poniendo y quitando candidatos e incluso disolviendo federaciones completas, como ocurrió en Madrid, eliminando con ello una parte de la estructura orgánica del PSOE en el conjunto del territorio nacional, se hace difícil, muy difícil creer en la asombrosa propuesta de profundizar en el papel de los militantes en la toma de decisiones del PSOE a través de consultas directas, cuando nunca respetó las decisiones democráticas que tomamos los militantes apartando a candidatos elegidos en primarias, destituyendo a Secretarios Generales elegidos en Congresos o fulminando a Portavoces en Ayuntamientos de máxima trascendencia en el conjunto del territorio nacional.

No es necesario citar nombres porque lo grave es el comportamiento continuado en el tiempo en distintas situaciones y procesos en los que no se respeta la voz y las propuestas de los militantes.

Una cosa es predicar y otra dar trigo. El PSOE necesita ejemplos y referencias y la única cosecha que tenemos de Sánchez es un Partido destrozado por dos amplias derrotas electorales, que hay que reconstruir y fortalecer para que pueda cumplir su función constitucional y recuperar su papel hegemónico de la izquierda española y en la política nacional.

El personalismo de Sánchez que ha impulsado una confrontación entre los órganos federales del PSOE y los militantes dando legitimidad a unos o a otros en función de sus intereses y propósitos, ha provocado una erosión profunda en el normal funcionamiento de nuestra organización trascendiendo a la credibilidad y fortaleza del PSOE ante la ciudadanía como herramienta al servicio de la sociedad.

Y cuando eso sucede estamos favoreciendo a otras formaciones políticas que ven en el PSOE un instrumento para ampliar su campo de acción política restándole identidad y propiciando lo que Sánchez llama la nueva realidad del pluripartidismo del siglo XXI a la que tiene que acomodarse el PSOE.

Pues bien, ante todo eso, yo no quiero que Sánchez prometa consultas a los militantes que las hará o no en función de su interés como hizo con el pacto con ciudadanos para sortear una oposición del Comité Federal a sus planes, sino que quiero que se respeten los procesos democráticos del PSOE, que se tengan en cuenta las propuestas que salen de las Agrupaciones a la hora de tomar decisiones, que se respete a los cargos orgánicos e institucionales elegidos democráticamente y que no se ampute al PSOE como lo hizo Pedro Sánchez cuando disolvió el Partido Socialista de Madrid.

Sin respetar la democracia establecida, no es creíble ofrecer más y desde luego, quiero una organización fuerte y autónoma en la que tenga cabida interna la riqueza y pluralidad de la izquierda de nuestro País y lo que no quiero es un Partido con un Secretario General que asuma que la organización a la que representa no tiene capacidad para remontar y fortalecerse, disfrazando su inoperancia en un discurso de resignación y aceptación del pluripartidismo en la izquierda porque de ese modo tendremos una izquierda dividida y fraccionada que es lo que le viene bien a derecha y mientras alimentemos esa concepción y renunciemos a un PSOE fuerte, autónomo y abierto que integre a la gran mayoría de la izquierda, nunca se recuperará la socialdemocracia.

Para poder gobernar con estabilidad y solvencia hace falta un Partido fuerte porque gobiernos con muchas fuerzas y luchas de poder, son pan para hoy y hambre para mañana y los ciudadanos bastante mal lo pasan para condenarles durante mucho tiempo. SUSANA DÍAZ tendrá mi voto porque representa lo que defiendo y lo que creo.

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