Todos creemos que sabemos para qué sirve una cuenta corriente cuando tenemos que utilizarla y bajo qué circunstancias. El hecho es que solemos pasar por alto muchos detalles, como los costes de mantenimiento, el uso de tarjetas asociadas o las comisiones. Al final de un ejercicio, unas cuentas tienen mayores costes que otras y todo depende de que sepamos usarlas y del uso que vayamos a darle: personal, con nómina domiciliada o para nuestro uso profesional como autónomos.
Tener una cuenta corriente es tan normal que incluso muchos niños tienen cuentas autorizadas por sus padres. Cuando nos ponemos a trabajar, se nos exige una cuenta corriente para poder domiciliar la nómina, y suele ser en esa misma cuenta en las que domiciliamos los gastos de consumo de electricidad, agua o gas.
Es por ello que en la vida cotidiana el uso de las cuentas corrientes es algo normalizado y su uso se ha hecho extensivo y, precisamente por ello, muy importante.
Hoy en día estamos asistiendo además a una nueva modalidad de apertura de cuentas corrientes, como es la de la apertura online. Efectivamente, algunas entidades bancarias han puesto en marcha sistemas de apertura casi inmediata de cuentas mediante el uso de sistemas de reconocimiento facial o de voz, y una sola foto nos sirve para identificarnos ante el banco. Los parámetros de nuestro rostro son reconocidos por un sistema de inteligencia artificial que, además, detecta si el rostro es una foto que intenta suplantarnos, por lo que la seguridad es máxima.
Tras los sustos que los consumidores han pasado en los últimos años con algunos productos financieros, una de las condiciones que debemos tener en cuenta a la hora de abrir una cuenta corriente es la del nivel de riesgo del producto. Las entidades financieras están en la obligación de exponer las condiciones de sus productos y servicios, así como el nivel de riesgo asociado, siendo 1/6 indicativo del menor riesgo y 6/6 del mayor riesgo.
Actualmente, lo más fácil y rápido para abrir una cuenta corriente es hacerlo en un banco online. Algunas de las condiciones que debemos tener en cuenta a la hora de abrir una cuenta corriente online son las siguientes:
- Abrirla y mantenerla con el menor coste posible. Algunos bancos las ofrecen gratis.
- Comprobar que la entidad no nos exija saldos mínimos ni ingresos fijos mensuales; por debajo de estas condiciones, algunos bancos cobran comisiones.
- Algunos bancos nos ofrecen tarjeta de débito o de crédito, pero debemos tener cuidado con los costes. Mientras que unos bancos nos las ofrecen gratis, otros nos las “regalan” el primer año y otros incluso nos las cobran desde el primer momento. Otras entidades financieras nos ofrecen la posibilidad de contratar las tarjetas y renovarlas gratis para el primer titular, y con un coste adicional para el segundo titular.
- También tenemos que vigilar que las transferencias no lleven comisiones o que, al menos, que en España y a la UE sean gratis.
Es importante valorar qué bancos cuentan con soporte de cajeros a pie de calle. Nuestra tarjeta puede sacarnos de algún apuro y siempre nos debemos asegurar que el cajero que utilicemos no tenga comisiones a la hora de sacar dinero.
A día de hoy, los bancos online nos ofrecen formas muy cómodas para abrirnos una cuenta online. Es interesante ya que podemos ahorrarnos tiempo que emplearíamos en desplazarnos hasta una sucursal bancaria. Ahora podemos abrir una cuenta en tan solo unos pasos desde cualquier lugar con una conexión a internet. Tan solo con completar nuestros datos e identificarnos por varios métodos como por videollamada, IBAN de otra de nuestras cuentas en otro banco o por Correos, podremos acceder a la firma final del contrato, que estará protegida con una clave que nos llegará por SMS. Con este tipo de facilidades, comprobamos que cada vez es más común no acudir en persona a las sucursales bancarias para realizar nuestras gestiones cotidianas.