Esas piezas proceden de lugares como Teotihuacán, Guerrero, Oaxaca, así como de diversos estados del sureste, en la región de la cultura Olmeca, que es la más antigua con restos fechados varios siglos antes de nuestra era, y la maya, que llegó a su esplendor en el siglo VIII para desaparecer previo a la llegada de europeos al continente.
Las piezas, en su mayoría estatuillas, máscaras y objetos de cerámica, también provienen de Centroamérica y Perú, de acuerdo al catálogo publicado en la web de la casa de subastas.
Las secretarías federales de Relaciones Exteriores y de Cultura consideran que estas acciones comerciales de arte originario "fomentan las excavaciones ilícitas, el saqueo, el tráfico ilícito y las falsificaciones, privan a las piezas arqueológicas de su esencia cultural histórica y simbólica".