Para cualquier observador que no tenga un analfabetismo funcional es evidente que vivimos en un Régimen formado por nacionalistas caciques e izquierda igualmente cacique, cuyo proyecto es un sistema formado por un neofeudalismo que configure Europa en el marco de las regiones, no de los Estados nacionales. Dicho de otra manera, unos regímenes multicolores, pero con el signo prototípico de poderes pseudodemocráticos donde unos lobbies nacionalistas con la alianza de socialistas y demás descoyuntadores de constituciones democráticas de todo pelaje esquilman y dejan en la mínima expresión los derechos individuales para así controlar férreamente a una población convertida en rebaño ovejuno. Es un modelo realmente fascistoide de nuevo cuño que da hachazo final a la separación de poderes y al Estado de Derecho para maniatar a los ciudadanos obnubilando su mente con proclamas falsas, señuelos para cerebros carcomidos y moldeados y expectativas absurdas orientadas hacia discapacitados cognitivos.
En “Hablamos Español” recibimos cantidad de quejas y casos de vulneración de derechos fundamentales que son desatendidos por los tribunales de justicia pues éstos cada vez están más maniatados por esos poderes caciquiles que están protegidos y amparados desde el Estado, por culpa de esta partitocracia con apariencia democrática.
Pero en el País Vasco casi nadie se atreve a mover ficha para defender los derechos de sus hijos, para acudir a los tribunales; por una parte, porque ello supone la estigmatización y señalamiento de quien lo hace, como lo hacían lo de la esvástica; y, por otra parte, además, con un poco de suerte, y tras lustros de pelea judicial, lo más que se obtiene es una satisfacción moral de haber plantado cara al Sistema. Poco más. Pues la justicia está bajo control de los caciques de turno.
Me llega el caso de una madre coraje a la que pretendo entrevistar en próximos días, que, junto a su marido, lleva un verdadero periplo para lograr lo imposible en Guipúzcoa: que a su hijo se le matricule en el modelo A. No solamente porque es un derecho inapelable de los niños a ser atendidos en su lengua materna, que es la del entorno en este caso, sino porque la propia normativa así lo contempla. Tal es el caso de la Ley de Normalización del uso del Euskera que preserva la voluntad de los padres a la hora de elegir entre los modelos lingüísticos imperantes; y, además, porque esos modelos están consagrados por Decreto de desarrollo del artículo 16 de la Ley referida, configurando un sistema de tres modelos adaptados a cada zona sociolingüística y a la voluntad de los padres a la hora de elegir el tipo de educación para sus hijos, por precepto constitucional (artículo 27).
Esa madre ha denunciado ante la fiscalía a funcionarios de la Administración educativa vasca por prevaricación, falsedad documental y discriminación, simplemente por demandar su derecho a escolarizar a su hijo en el modelo A, el que tiene como lengua de aprendizaje la que es de todos los españoles. Y, todo ello, pásmense, con una resolución del Ararteko de 4 de mayo de 2017 que recomienda al Departamento de Educación que revise la denegación de una solicitud de asignación individualizada de transporte escolar, como resultado de otra queja con resolución favorable del propio Ararteko, admitida por el Gobierno Vasco para escolarizar al niño -cuya edad era de dos años - en un centro concertado trilingüe como solución menos mala. Pues, lejos de atender la recomendación del Ararteko, la Administración educativa, falseando informes, y haciendo caso omiso a la normativa impulsada por ella misma, denegaba la subvención por transporte alegando que esa opción no era la recomendada por dicha Administración. En definitiva, se ve en la Administración una actitud dolosa, con intención discriminadora contra dicha familia, perjudicando al niño y prevaricando.
¿La Físcalía admitió la denuncia? La madre nos lo aclarará en la entrevista que le realicemos en próximos días. Pero mucho nos tememos que no, pues ya sabemos que la Administración de Justicia no tiene independencia respecto al resto de poderes, por mucho que nos insistan que sí.
Pero, además, está sobradamente constatado el perjuicio para los niños. No voy a exponer todas las pruebas de cargo en este sentido, por no abundar en exceso en el tema. Pero, para muestra expongo los resultados de una evaluación del propio IVEI, es decir, del propio Gobierno Vasco, con independencia de las pruebas de la OCDE que en el año 2011 constató que “El alumnado cuya lengua familiar no coincida con la lengua de aplicación de la prueba obtiene en la competencia matemática resultados significativamente más bajos que quienes realizan la prueba en su lengua familiar”. ¿Por qué será? “En el modelo B de Primaria, estos alumnos sacaron 19 puntos menos que los castellanoparlantes que respondieron en su lengua, y en el modelo D, 22 puntos menos que los euskaldunes que contestaron en euskara. En este 4º curso de Primaria, además, ´sólo el alumnado´ que realizó la prueba en su lengua materna ´se sitúa por encima de la puntuación media global del País Vasco”. ¿Habrá que incluir más pruebas de convicción?
En todo caso, los nacionalistas actúan de forma prevaricadora con obstinada persistencia. Y tienen la desfachatez de contradecirse en sus propios pronunciamientos:
Son tantas las evidencias y los datos archivísticos e históricos que no caben en la dimensión de un artículo, pero voy a hacer una selección sucinta de ellos:
- Landeta, un prócer nacionalista en 1920, decía que…
“En el País Vasco existen muchos miles de niños que no encuentran una escuela elemental cuya instrucción se haga en euskera. Aquí, en Vizcaya, existen más de 10.000 niños cuya mentalidad estamos atrofiando, porque su enseñanza, su educación, se pretende realizar en lengua que no comprenden. Muchos hijos de nuestras aldeas precisan estudiar muchos años el castellano si desean seguir estudios especiales”.
Este paradigma en las quejas se repite insistentemente, en muchas otras proclamas. Por ejemplo, otro significado representante del PNV en ese primer tercio del siglo XX, Eleizalde, decía que…
“Lo que nosotros podemos afirmar por haberlo prácticamente comprobado, es que, en general, el niño vasco que entra en la escuela de su aldea sin hablar otro idioma que el suyo maternal, sale de esa escuela sin haber aprendido, cual es debido su propia lengua, y por ende, sin conocer ni comprender tampoco el castellano que le hablaba el maestro, lo cual le coloca en un plano de inferioridad notoria respecto de aquellos otros niños que han sido educados e instruidos en su propia lengua, y salen también, como es natural, sin haber adquirido los conocimientos que todos los hombres tienen derecho a saber al salir de la escuela de su pueblo, sin haber despertado sus aptitudes”
Este espíritu animó los intentos estatutarios durante la II República. Incluso en el actual marco estatutario vigente, pero como es evidente apenas queda algún centro de modelo A, esquilmado de forma abstrusa y malintencionada, durante el desarrollo estatutario, imponiendo el modelo de inmersión lingüística obligatorio, siguiendo dócilmente el paradigma nacionalista, registrado en esta proclama programática: “En las condiciones actuales, el PNV considera que los tres modelos lingüísticos son válidos, respondiendo cada uno de ellos a la situación socio-lingüística de cada familia y a sus propios intereses.
Como partido abertzale, sin embargo, propugna la escolarización de los alumnos en los modelos B y D, que permite una euskaldunización más rápida y profunda”
Esto es ni más ni menos lo que se está haciendo, con omisión del deber de cumplir la normativa y al margen de cualquier principio del Derecho o de las recomendaciones de la psicopedagogía.
Al fin y al cabo, el PNV no cree en el Estado de Derecho más allá de la adaptación de las leyes a sus propias estrategias de control y dominio. Para botón de muestra de este desarrollo político caracterizador del nacionalismo, esta era la valoración del partido ultraderechista de Sabino Arana con respecto al pacto constitucional:
“En términos generales, puede afirmarse que la actual concepción autonómica supera lo contenido en la Constitución de la República de 1931, de lo cual puede deducirse que las posibilidades que ofrece para la redacción de un Estatuto de Autonomía aceptable son igualmente superiores a las que presidieron a la elaboración del Estatuto de 1936.
Un Estado unitario, con autonomía uniforme para las nacionalidades y regiones basadas en el temor y desconfianza, una unidad que rezuma una comprensión casi agresiva; un positivo e importante capítulo de los derechos, libertades y deberes; una autonomía insuficiente para nuestros planteamientos, pero posibilista en cuanto al objetivo prioritario de reconstrucción de nuestros pueblos y recuperación de su identidad a través de una moderada capacidad de autogobierno, una Disposición Adicional que ampare y respete los derechos históricos de los territorios forales, con actualización en el marco de la Constitución cuya sola presencia irrita el tremendo contrasentido que supone con nuestra concepción de los derechos originarios del País Vasco, es el bagaje con el que debemos andar el camino que nos falta hasta a conseguir nuestros objetivos.
Pobre bagaje, si, pero vale como instrumento de lucha de trabajo de ir consiguiendo con la fuerza de la razón y de la práctica política cuotas cada vez más altas de libertad. Podemos y debemos aprovecharnos de lo conseguido hasta ahora como plataforma para conquistas superiores.”
Más claro el agua. A nadie se le oculta que desde inicio el PNV utiliza las leyes como palanca para avanzar en su proyecto secesionista. Las respeta en la medida de sus intereses, las conculca en función de sus programas. Nada es permanente, todo es mutable con la vista puesta en el objetivo último. ¿También afecta este paradigma a la izquierda? Evidentemente. A los resultados nos atenemos. El Estado de Derecho sirve si favorece intereses muy concretos. Los ciudadanos estamos sujetos a las leyes. Ellos, los parásitos del sistema democrático, no.
Sin embargo, es evidente que ateniéndonos a los derechos fundamentales suscritos por España en los pactos internacionales de derechos humanos y de los derechos del niño, estos derechos no están amparados.
Veamos algunos pronunciamientos de carácter científico que avalan el derecho de los niños a ser escolarizados en su lengua materna:
- Karoly Morvay, lingüista: “No se puede enseñar bien un idioma hasta los 10 años” (Doctorado en Filología Polaca, políglota húngaro. Habla 18 lenguas)
- Vygotski, psicólogo ruso, creador de una escuela científica en materia de formación del pensamiento en los niños con cientos de seguidores:
“Hay una relación intrínseca entre lenguaje y pensamiento, no es la concepción de lenguaje como expresión del pensamiento sino del acto verbal del pensamiento, es decir como unidad pensamiento-lenguaje en su dimensión holística”
- Bruner, desarrolló la teoría de la formación del pensamiento en el niño, impulsada por Piaget:
“Las etapas o estadios han sido descritos por muy diversos investigadores que trabajan en lugares tan distantes entre sí como Ginebra, Moscú, París, Londres, Montreal, Chicago y Cambridge, pero a quienes les une una interesante semejanza, a pesar de las diferencias entre sus respectivas posturas. Los primeros estadios son relativamente manipulativos y se caracterizan por una atención muy inestable y de un solo canal. El conocimiento es principalmente un ´saber hacer la reflexión se ve reducida al mínimo. luego sigue un comportamiento más reflexivo en el que el individuo es capaz de construir una representación interna de fragmentos mayores de su entorno mediante imágenes representativas. El apogeo de este estadio se alcanza entre los 5 y los 7 años. Finalmente, en torno a la adolescencia ocurre algo muy especial; en este periodo el lenguaje va ganando importancia como mediador del pensamiento. Los conceptos adquieren una estructura cada vez más exclusivamente jerárquica; el sujeto es capaz de manejar posibilidades alternativas mediante estrategias combinatorias.
Los principales déficit parecen ser lingüísticos en el más amplio sentido: la falta de posibilidades de participar en diálogos, de hacer paráfrasis, de interiorizar el habla como vehículo de pensamiento. Ninguno de estos temas se entiende muy bien, excepto el hecho de que el principio anteriormente expuesto parece operativo, esto es, que si no se dominan ciertas habilidades básicas, otras posteriores y m ás elaboradas se tornan cada vez más difíciles de alcanzar. A tenor de este hecho, podemos entender las crecientes diferencias en inteligencia con la edad existente en grupos culturales desfavorecidos (…)”
En definitiva, podríamos seguir poniendo citas de otros muchos autores, pero no nos cabrían en la extensión de un artículo ya de por sí largo como es éste. Es evidente que todo esto los nacionalistas lo saben, pero sacrifican a las personas para lograr sus objetivos políticos, porque para los nacionalistas los individuos no tienen valor, solamente su proyecto sectario, gregario y excluyente.
El propio difunto Fernando Buesa, otra víctima de ETA cuyo asesinato, sospechosamente, se produjo justo cuando empezaba a girar su posición de proximidad al PNV, decía lo siguiente:
“Denuncio las permanentes descalificaciones hacia el modelo educativo “A”, una oferta a la que los padres y alumnos tienen derecho reconocido por las leyes vascas. Denuncio una política cuyas medidas se establecen sobre bases artificiosas, que poco tienen que ver con la realidad sociolingüística oficial. Denuncio las excesivas exigencias en los perfiles lingüísticos y la falta de homologación de los estudios de euskara, que se cursan en escuelas, institutos y facultades para poder trabajar en las administraciones públicas. Denuncio, en definitiva, una política diseñada como una carrera de obstáculos, que hace más difícil la vida a la gente, le dificulta el acceso al puesto de trabajo o al ejercicio profesional, o la carrera profesional, si es funcionario, e, incluso, en algunos casos la elección de los estudios universitarios. Reclamo que todo eso se revise, aunque algunos me tachen de antivasco. Reclamo otra política lingüística en nombre, precisamente de la tolerancia lingüística y del respeto hacia todas las personas. Porque lo que está mal hecho y no funciona hay que cambiarlo.”
¡Qué grande diferencia con los socialistas actuales! ¿No les dará vergüenza? Yo creo que hace tiempo la perdieron.
Porque…
- “HB Y PNV también pactaron en secreto un plan de euskaldunización total de la sociedad vasca” (La Razón, 23 de noviembre de1998)
- “La mayoría de los dirigentes del PNV no sabe euskera ni lleva a sus hijos a ikastolas” (La Razón, 29 de diciembre de 1998)
- “El Gobierno Vasco propone trasladar o jubilar a todos los profesores que no hablen euskera. Quiere crear redes juveniles de captación de adeptos a la euskaldunización. Advierte que, de no llevar a cabo la normalización lingüística se caerá en la esclavitud del castellano. Las subvenciones dependerán de la lengua” (La Razón 14 de diciembre de 1998)
En definitiva, hace tiempo, se pergeñó este atropello y genocidio cultural y educativo, porque los nacionalistas, como afirmó Luis Eleizalde en 1910 solamente han buscado “el control social y pleno dominio”. Los medios son los instrumentos para lograr el objetivo, con independencia de quien caiga por el camino. Lo triste es el conjunto de paniaguados correveidiles que han coadyuvado al propósito, con tal de tener un buen sustento que de otra manera no lograrían por méritos. Y de esos hay demasiados.
Coincido con Matías Múgica en su libelo sobre la cultura en euskera:
“Y en cuanto a esa cuarta parte de los vascos que habla vascuence, ¿cómo vive su “kultura”? En mi opinión, ignorándola tranquilamente. En esto no tienen un comportamiento muy distinto de sus conciudadanos castellanófonos: están dispuestos a aplaudir a lo que haga falta con tal de no tener que leerlo ni verlo. Solo un pequeño sector de este pequeño sector, una especie de resto de Israel de correosas convicciones, consume habitualmente cultura en euskera y es su verdadero cliente. Llega incluso a veces (según el punto de correosidad) a consumirla a exclusión de cualquier otra. Desde fuera es difícil entender cómo puede nadie someter ese voluntariamente a esta dieta; hay que4 tomar en cuenta la fuerza distorsionadora del nacionalismo, que ritualiza todo lo que tenga que ver con la lengua. Para el nacionalista, el euskera, como el agua del Jordán, lo redime todo y es capaz de transustanciar lo que en otro idioma sería a sus propios ojos un bodrio, una obra interesante y merecedora del laudo”.
Pues eso.