El abuso de las temperaturas de la calefacción, el uso de edredones de plumas y la poca ventilación de los domicilios son, según los facultativos, algunos de los peligros más habituales.
Calefacción: cuál sería la temperatura perfecta
Aunque lo aconsejable según los médicos es que la vivienda/oficina se encuentre entre los 19-21 grados, de los datos extraídos, tan solo un 36% de la muestra reconoce seguir estas directrices.
En este caso, son los hombres los que, en un 85.3% reconocen encontrarse mejor en ambientes que tienen de media 20º, mientras que las mujeres, en un 91.2% reconocen necesitar 21º o más para tener sensación de bienestar en la oficina.
En el mismo apartado se demuestra que más del 68% de las mujeres necesitan de 1 a dos grados más de temperatura para encontrar confort térmico, reconociendo que, de forma habitual, en oficina o vivienda elevan la temperatura media hasta los 23º.
También describen un 60% de la muestra que, en estas condiciones, sufren sequedad tanto ocular como respiratoria, lo que les hace, hasta en un 28% de los casos, utilizar humidificadores o lubricantes oculares en su lugar de trabajo o en su vivienda.
Ventilación de oficinas y domicilios
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, entre algunass de las recomendaciones que considera necesarias para llevar un Estilo de Vida Saludable, incluye la ventilación de las habitaciones/viviendas. De hecho, pone especial hincapié en que se realice en invierno para poder renovar el aire tras el uso de radiadores, calefactores o incluso braseros.
La renovación del aire, incluso en los días fríos, es vital para evitar que cualquier virus pueda propagarse de forma más rápida entre las personas que comparten espacio.
Pese a esta información, tan solo un 45% de la muestra reconoce ventilar sus domicilios a diario al menos 10 minutos. Por el contrario, un 20% lo hace tres o cuatro veces por semana y el restante 35% dice ventilar una vez por semana.
En el caso de oficinas, el 56% de las personas que reconoce trabajar en oficinas compartidas dice no tener opción de ventilar por sí mismos mediante ventanas el centro de trabajo. Del restante, el 31% no sabe si se hace y el 13% reconoce ser quien abre a diario la ventana.
Tanto es de importante que el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo habla del Síndrome del Edificio Enfermo y lo relaciona con edificios de oficinas o viviendas que provocan que sus inquilinos presenten ciertos problemas de salud relacionados con la insuficiente ventilación.
“Problemas oculares, respiratorios, pulmonares, cutáneos o incluso algunas sintomatologías como el dolor de cabeza, la poca capacidad de concentración, irritabilidad o somnolencia son reconocidos como algunas de las dolencias derivadas de evitar la renovación del aire. Es algo que parece obvio pero que no está tan extendido como debiera en el saber colectivo. Muchos piensan que es la forma de mantener el calor y no desperdiciar energéticamente en invierno el esfuerzo de calderas o chimeneas, pero al final resulta lo contrario” comenta Germán Piñeiro de la agencia Iniciativas Virtuales.
Edredones: plumón, pluma o clásico
Según se ha ido probando en los últimos años, el edredón de plumas puede provocar fibrosis pulmonar en pacientes que tengan problemas respiratorios. De ahí que, desde algunas consultas de neumología, se empiece a poner especial interés en aconsejar otro tipo de ropa de cama para quienes padecen problemas y acuden a la consulta con problemas para respirar con normalidad.
Ha sido un estudio desde el Hospital Victoria en Kirkcaldy (Escocia) quien ha puesto de nuevo el foco de atención sobre este hecho.
El síntoma, que se ha denominado “pulmón de edredón de plumas” es una respuesta inmunitaria de los pulmones al inhalar de forma habitual el polvo de plumas de edredones y almohadas. De hecho, las consecuencias de la sintomología, basada principamente en la sensación de sudores nocturnos, reiteración de tos seca y dificultad para respirar, podría incluso causar cicatrices en los pulmones que fueran irreversibles.
En el presente estudio “Hábitos de invierno que perjudican la salud” promovido por Iniciativas Virtuales del Atlántico, se ha constatado el alto porcentaje de la población que utiliza este tipo de edredón.
“El 69% de la muestra de nuestro estudio muestra cómo el edredón de plumas o plumón es la alternativa preferida para el invierno como ropa de cama” explica Germán Piñeiro, CEO de la agencia, “lo que nos lleva a pensar que es, sin duda alguna, el elemento de la ropa de cama más demandado en nuestro país para combatir las bajas temperaturas nocturnas”.
De ese porcentaje, el 44% reconoce lavar dicho edredón al menos dos veces en estos meses (de noviembre a febrero), mientras que el restante 25% dice hacerlo una vez al año.