Muchos conceptos de marketing suelen ser ambiguos o se aplican de forma genérica. Es el caso de “branding”, frecuentemente utilizado como sinónimo de “gestión de marca”, aunque va mucho más allá.
Para definir que es branding y entender su importancia, hemos consultado a Ricardo Walterman, experto en Estrategia, Marketing y Comunicación. “Branding es una estrategia en sí misma, diseñada por las empresas para ayudar a las personas a identificar rápidamente sus productos y servicios, y darles una razón para elegir sus productos sobre los de la competencia”, explica el profesional. “El objetivo es atraer y retener clientes fieles mediante la entrega de un producto que siempre esté alineado con lo que promete la Marca”, agrega.
Para ello, el branding “entra” en la mente y las emociones del consumidor. ¿Cómo lo logra?
Esto es lo que consigue una buena gestión de marca
Actualmente, las empresas y organizaciones enfrentan tiempos de mucha incertidumbre y algunas de ellas atraviesan ciclos económicos negativos.
Este período, lejos de frenar una campaña de branding, debe ser la oportunidad para hacerla despegar. No siempre requiere una gran inversión, a veces una buena idea y el trabajo profesional de una agencia de marketing, pueden generar tantos beneficios que la inversión se amortizará en poco tiempo con un valor perdurable para la marca.
“Por ejemplo, si soy capaz de vender una marca que se preocupa por la felicidad de sus trabajadores, esto nos hará ganar puntos frente a los clientes. Muy probablemente, porque piensen que, si la empresa tiene trabajadores felices, el producto o los servicios serán mejores”, asegura Walterman.
Una buena gestión de marca debe reflejar la estrategia previamente definida. “Sus clientes objetivos deben reconocer en la marca una experiencia inolvidable. ¡La Marca debe evocar una emoción!”, enfatiza.
¿Cuál es el resultado de tener estos objetivos claros y una campaña de branding efectiva? La construcción de una identidad de marca que distingue a la empresa, persona u organización, elevándolas por encima de otros productos y servicios. El cliente no solo identifica una marca, sino que la asocia a sus ventajas, a una experiencia positiva.
Conquistar al cliente desde sus emociones
Para lograr los objetivos anteriormente mencionados, una campaña de branding busca llegar a la mente y a las emociones de un cliente.
Walterman ejemplifica este proceso con la marca Rolex. “La emoción del que compra este reloj, es por lo que siento yo o por lo que sienten los demás cuando me ven que he podido comprarme uno. Este es un claro ejemplo de cómo las marcas ayudan a las personas a decir a los demás ‘yo tengo un determinado status’”.
Y es que en definitiva, una campaña de branding es toda actividad de marketing donde lo que se comunica es la marca, con sus valores y su ventaja competitiva, es decir, dar la mejor respuesta a esta pregunta: ¿Por qué comprar un producto o el de la competencia?
“Lo que se busca es el reconocimiento de su buyer persona, y la mejora de la reputación. Esto no se hace porque sí, sino porque a la larga apoya, facilita la venta y en muchos casos es el motivo último por la que el cliente compra un determinado producto o servicio”, indica Walterman.
Ante todo, honestidad
Una vez entendida la importancia de una estrategia de branding para la empresa, institución o marca personal, se comprende que cualquier acción que emprendamos al respecto, tendrá consecuencias. Y un paso mal dado, puede significar un daño muy profundo y difícil de reparar para la reputación de la marca.
Muchos anunciantes se esmeran por crear anuncios y campañas que asocian a su marca valores o experiencias que luego no serán los que viva realmente el consumidor. La consecuencia inevitable, será perderlo como cliente. Y si su comentario se extiende en las redes sociales, por ejemplo, se perderán muchos más.
“Qué duda cabe que a continuación, tenemos que cumplir las promesas que hacemos desde la marca. Branding es marketing, publicidad de una realidad de nuestra empresa. No tendría sentido que si estamos buscando atraer ciertos profesionales, vendiendo que nuestra empresa es un sitio fantástico donde trabajar, por todos los beneficios que ofrece a los trabajadores, todo esto fuera mentira. La publicidad debe ser honesta, sea de la naturaleza que sea”, opina el experto.
Logotipo: Una cuestión esencial del branding
Casi todos los consumidores que asocian una marca a una experiencia positiva, recuerdan su logotipo. ¿Por qué?
El logotipo es una identidad visual que debe representar lo que buscamos trasmitir en el producto o servicio que brindamos. “En muchas ocasiones, nos esmeramos por tener un bonito logotipo, que nada tiene que ver con la organización en cuanto a que no representa la misión, visión y valores de la empresa, es decir le falta un trabajo de estrategia”, opina este profesional. “Un logotipo no es como ponerle un nombre a un niño: en este caso, debemos conocer bien a lo que le vamos a dar el nombre. Al recién nacido no sabemos cómo va a ser. Le ponemos el nombre a ciegas. En el mundo de la empresa no podemos ir con los ojos vendados”, agrega.
Tampoco hay que asumir que porque hemos dado un nombre y un gráfico a nuestro proyecto, los clientes reconocerán la marca: hace falta branding.
Así, nos encontramos ante una secuencia: Primero crear el logotipo, después llevar cabo una Consultoría Estratégica con una agencia de marketing y cuando se ha definido la mejor representación visual, entonces darla a conocer a través de una campaña de branding. Según Walterman, “será entonces y sólo entonces cuando habremos creado una Marca”.
En pocas palabras, ni el consumidor es ingenio ni el emprendedor conoce todos los métodos para llegar a sus emociones: hace falta un experto en branding para llegar a sus emociones y conectarlas definitivamente a nuestra marca.