El sistema es de manual, sobre problemas reales y acuciantes que aseguran la presencia de mucha carne de cañón, se abusa del humanismo y tolerancia propia de las democracias para instalar el odio, la violencia y la propia destrucción del sistema democrático libre y representativo. La respuesta de los “políticos” españoles fue tal que ese episodio fue un hito importante para que la marea alcanzara una cima inaudita: la entrada de los activistas anti-sistema en altos puestos de Gobierno y su profunda penetración en Instituciones. Y eso se produce en 2019 con el pacto explícito PSOE-Podemos a la hora de formar Gobierno e implícito con los Partidos separatistas, incluso terroristas de diversa intensidad. Y, con la verdad por delante, creemos que ese hecho es de mucha mayor importancia que el 15-M aislado.
Ello nos obliga a evaluar someramente el legado de “Podemos” (una amalgama de anti-sistemas, más que un Partido) hasta la fecha para ver su trascendencia. A vuela pluma proponemos, estas consecuencias graves, a nuestro juicio, bastante evidentes.1/ La extensión en toda la política nacional del odio como motor de dinámica social, extendiendo lo acaecido en Vascongadas e íbero-Cataluña. 2/La banalización de la violencia y del golpismo separatista como método de hacer política. 3/ La erosión permanente del Estado de Derecho democrático. 4/ El hundimiento intelectual y ético del debate político a niveles de subsuelo. 5/ La perversión de muchas instituciones, y su infiltración masiva por anti-sistemas. La educación como paradigma, pero los Partidos, la Seguridad y la Justicia también. Y 6/, por poner un final a una lista que podría ser mucho más larga, la desaparición total en las ofertas electorales de un Partido de centro izquierda democrático y patriótico a la europea usanza. Lo que fue el PSOE del 82 y que ha sido totalmente destruido en sus raíces modernas. La herencia hasta aquí no sólo aleja España de una sociedad de ciudadanos integrados, libres, iguales y solidarios, sino que amenaza directamente al sistema democrático liberal que recoge nuestra desvirtuadísima Constitución. En ese sentido nos preocupa hasta la piloerección del puerco espín la aparición del documento “España 2050” encargado por Pedro Sánchez a un “grupo de expertos” (sic). Después de todo el Doctor Sánchez es el máximo responsable de lo acaecido en 2019. Si pretende seguir con esta dinámica hasta el 2050, y lo logra, estamos convencidos de que la España de 2050, si ha sobrevivido, no será una democracia al uso, será otra cosa. De izquierdas o de derechas, no sabemos, pero otra cosa.