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LA VERDAD PPOR DELANTE

Enrique Calvet ha sido europarlamentario y es Presidente de ULIS.
Enrique Calvet ha sido europarlamentario y es Presidente de ULIS.

¿Derogar? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía eres tú

· Por Enrique Calvet, ex europarlamentario y Presidente de ULIS

martes 26 de octubre de 2021, 05:55h

Perdonarán mis pacientes lectores que no comentemos de esta pasada semana la gran novedad en la teoría política que supone que un Gobierno Nacional injiera en un Gobierno Nacional, denuncie a ese mismo Gobierno o lo combata. No nos sentimos capaces y necesitaríamos estudiar mucha más psiquiatría para poder ayudar. En cambio proponemos una reflexión breve sobre otro tema que puede condicionar bastante la prosperidad y libertad de los españoles a corto plazo: La derogación de la última reforma laboral. Primero digamos que hemos vuelto, tal vez nunca salimos, a llevar a la política al nivel de intercambio de consignas de nivel intelectual de tontódromos. Ahora el fetiche es la palabra derogar, para muestra el pobrísimo y panfletario discurso de la Ministra de Trabajo en el Congreso de CCOO. (No así el discurso del Señor Sordo, secretario general de CCOO de buen nivel e interés, se discrepe o no).

Ahora resultaría que el futuro de nuestra Patria dependería de “derogar” o no la última reforma. Pues bien, para tranquilidad de hiperventilados, creemos que el funcionamiento del mercado de trabajo se va a reformar sí o sí. Sin la menor duda. En el menor tiempo posible. Y si a la reforma se quiere llamar derogación, pues se le llama y no pasa nada. Las reformas del mercado de trabajo han sido constantes, y seguirán, la que alumbremos ahora también lo será, y todas suponen y supondrán derogación, aunque más no sea parcial, de las anteriores. Y eso es bueno, porque el mercado de trabajo está en permanente dinámica adaptándose a nuevas tecnologías, nuevos niveles de formación, nuevas movilidades, nuevas localizaciones de producción, nuevos tejidos productivos, etc…. El armazón jurídico del mercado de trabajo debe adaptarse permanentemente, y con participación intensa de los agentes sociales para adaptarlo teniendo en cuenta la realidad socio-económica-cultural de cada Nación.

Y aquí nos vemos obligados con la concisión que exige un breve billete, a recordar dos evidencias como dos catedrales. La primera es que, en este momento y en esta nuestra España, el colosal nivel de paro estructural, líderes de largo que somos en el mundo democrático, es lo más destructivo económicamente, lo más desigualitario socialmente y la más cruel tragedia para la ciudadanía. Por lo que prácticamente todas las políticas sectoriales, todas, deben tener por objetivo principal combatir y rebajar establemente ese horrendo nivel de paro. Desde el Ministerio de Justicia al de Universidades, por citar el más antiguo y el más reciente, tienen que tener por objetivo acabar con el paro estructural en España. A nuestro juicio, debería ser un objetivo obsesivo y la segunda mayor cuestión de Estado del reino de España, reuniendo fuerzas de todos los ministerios, de las Oposiciones y de la UE.

En segundo lugar, no todos los Ministerios tienen la misma efectividad ni potencialidad de actuación en ese campo, como es natural. El Ministerio de Trabajo, al ahormar legislativamente el mercado de trabajo, tiene, sin duda, mucha importancia. Pero no es el que más. Puede ser el segundo en importancia, con otros como el de Educación a largo plazo. Pero el Ministerio clave es el de Economía, sin lugar a dudas. Fue la razón por la que en el PE asumimos la representación de nuestro grupo (ALDE) en las acciones sobre empleo a condición de estar también presente en la sección de Economía. La más poderosa arma, en una sociedad libre, contra el nivel de paro insoportable es la política económica. Sin ambages. Y en ello el Ministerio de Economía, además, debe coordinar al Ministerio de Hacienda, al de Industria, al de política enérgética , al de administración del territorio, etc… Y, por supuesto, tiene que trabajar mano con mano y en plena coordinación con el Ministerio de Trabajo, ya que está conformando dos factores muy sensibles de un mercado: su precio y su cantidad. En ese sentido consideramos un gravísimo error la posición de la Ministra de Trabajo de querer aislarse y gestionar la reforma laboral en solitario y sin “injerencias” inventadas. La rebaja del nivel de paro es tanto más obligación del Ministerio de Economía que del suyo. Los derechos de los trabajadores también. ¿O es que no es el objetivo principal de la Señora Díaz acabar con el nivel insufrible de paro que tenemos en España?

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