"En términos comparativos, Estados Unidos tiene ventajas en los mercados mundiales de deuda en la relación con los países menos desarrollados. Miremos algunas cifras, mientras que en los países desarrollados la deuda subió del 70 por ciento del PIB (Producto Interno Bruto) en 2007 al 124 por ciento del PIB en 2020, lo que es una situación muy preocupante, en los países en desarrollo sufrimos para recaudar fondos para poder tener acceso a recursos de deuda con entidades multilaterales", comentó.
"Como somos percibidos, nos prestan dinero a mayores tasas de interés. Aquí hay cierta ventaja de los países desarrollados, como Estados Unidos, porque puede acceder a más recursos de deuda y mejores tasas", agregó.
Todo lo contrario ocurre con China que, según el experto, es la segunda economía del mundo y no se encuentra ni entre los 10 primeros puestos de naciones endeudadas, lo que demuestra un buen manejo de la economía por parte de su gobierno.
"Mucha de la liquidez se está generando en China, y como en cualquier país, el sector financiero chino también tiene interés de aumentar su participación en diferentes partes del mundo. Esto no significa que tenga una doble intención de fondo de apoderarse o generar influencias sobre aspectos políticos o sociales", explicó.
"Es una economía (la china) que está en crecimiento muy importante y que busca posicionarse también como una potencia financiera. Sin que, reitero, esto implique un ánimo de influir o controlar otras economías como las de América Latina", precisó el economista a Xinhua.
Entre tanto, una política monetaria restrictiva por parte de la Junta de la Reserva Federal de Estados Unidos puede tener efectos negativos sobre la deuda externa en países menos desarrollados, porque con ello se aumentarán las tasas de interés de las deudas que tienen esas naciones.
"Es cierto que lo que pasa en países grandes tiene efectos directos sobre el comportamiento de las variables económicas, financieras, en las economías en desarrollo, sobre todo en países que dependen de ellos. Muchas de las decisiones tomadas en Estados Unidos son tomadas en base a los intereses de su economía", señaló.
La pandemia de la COVID-19 apareció en 2020 y aún continúa este año, afectando especialmente a las economías de los países en vías de desarrollo que tuvieron que ver cómo su PIB se veía afectado en momentos en que tenían altos índices de producción antes de que llegara la enfermedad.
"Ver en el horizonte cercano el fin del problema de la deuda externa principalmente para países en vías de desarrollo es algo prácticamente imposible. Este es un problema como lo hemos visto se hereda, no solamente de una generación a otra, sino de un gobierno a otro. Deben generarse mecanismos para que un país pueda salir de las deudas", afirmó.
Cuando llegue el fin de la pandemia, los países en vía de desarrollo mejorarán aún más su economía y con ello su deuda que tienen con las entidades multilaterales, pues buscarán mejores tasas de interés.