Qué duda cabe de que la culpa e iniciativa principal para que hayamos llegado al punto en el que estamos es de Sánchez y su tropa. Pero en este tramo infecto de su proceso de apaciguamiento y amnistía a una banda de delincuentes, el concurso de un equipo de falsificadores y timadores a sueldo, dispuestos claramente a blanquear a una galería de golpistas, no puede pasar desapercibido.
Tanto es así, que anticipadamente a esas conversaciones protagonizadas por hombres anónimos foráneos y en la clandestinidad (donde en tantas ocasiones se consuman y fraguan acciones vergonzosas o cobardes o ilegales), vale la pena levantar acta de un puñado de cuestiones medulares y trascendentes:
- ¿Va a sustituir este equipo de falsificadores anónimos y extranjeros de la Henri Dunant la labor que Policía, Guardia Civil, Fiscalía, Juzgados, Tribunales y, en general, la Administración de Justicia en España ha llevado a cabo durante años para perseguir y condenar a una organización de delincuentes?
- ¿Actuará así este equipo de falsificadores anónimos y extranjeros denigrando las leyes españolas, nuestra Constitución y nuestro ordenamiento jurídico, o directamente vilipendiando -de manera inmotivada, caprichosa, bastarda y por encargo- a quienes tienen poder y competencia para aplicar la Ley y dictar sentencia?
- ¿Será capaz este equipo de falsificadores anónimos y extranjeros de situarse en una posición intermedia e indefinida entre los delincuentes (la trama de separatistas golpistas) y quienes han sufrido esa delincuencia?
- ¿Llegará este equipo de falsificadores anónimos y extranjeros al extremo de actuar en justificación y defensa de quienes han pulverizado las normas más elementales de la convivencia, por la fuerza y la barbarie, entre millones de españoles?
- ¿Contemplará en su relato este equipo de falsificadores anónimos y extranjeros que uno de los que ellos consideran un‘bando’ está compuesto por delincuentes-separatistas golpistas- que han sido sentenciados, penalmente también, por actividades de naturaleza criminal como el blanqueo de capitales?
- ¿Alcanzará la desfachatez este equipo de falsificadores anónimos y extranjeros deoperar en justificación y defensa de quienes han lavado dinero?
Quedando pendientes varios interrogantes por plantear, lo más liviano que puede predicarse de esta cuadrilla de falsificadores anónimos y extranjeros (en modo alguno cómplices de Sánchez y sus fechorías sino colaboradores totales) es que, como en la metáfora que Jesús emplea en el Evangelio de San Mateo (27:3), son simples sepulcros blanqueados: “por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia”; ocultadores de corrupción; colmados, en fin, de podredumbre repugnante y vomitiva en su interior.