En la era digital, los datos se han convertido en una herramienta vital para cualquier negocio, guiando la toma de decisiones e impulsando el crecimiento. Los datos recorren la organización, generando estrategias y ofreciendo resultados. La gestión eficaz de los datos es clave para garantizar el cumplimiento y fomentar la confianza. Es el catalizador que impulsa las decisiones, la innovación y el crecimiento sostenible de las industrias.
El foco global sobre la privacidad de los datos y los estándares regulatorios hacen que las empresas tengan la responsabilidad no sólo de cumplir con ese marco sino de predicar con el ejemplo. En todo los sectores, el papel fundamental de la gestión de los datos implica garantizar la eficiencia y el cumplimiento. Los datos inciden directamente en la gobernanza y en la calidad de las empresas e instituciones.
Beneficios de un buen control de los datos
La evidencia empírica que respalda las ventajas del gobierno de los datos es robusta. De acuerdo a un estudio de IDC realizado a más de 800 organizaciones, las empresas que llevan a cabo una buena gestión del dato obtienen un retorno de la inversión del 510% en tres años. Este porcentaje no es un incentivo financiero sino que es el fruto de la excelencia operativa, que alcanza un equilibrio en tan solo siete meses. En valores brutos, se trata de un incremento de 18,9 millones de dólares. Además, la productividad total aumentaría en más de un 27%. No obstante, por el contrario, una mala gobernanza de los datos conlleva un coste de hasta 12,9 millones de dólares. Estas métricas no sirven solo para mostrar los beneficios monetarios sino que el dato sólido es un indicativo del valor estratégico y la agilidad de las organizaciones.
GELLIFY, la compañía de innovación global que ayuda a las empresas en su proceso de transformación, ha presentado su último informe “Data Governance 2.0: Evolving Corporate Governance for a Competitive Edge in the Data-Driven World”, en el que analiza la importancia de la gobernanza de los datos en la nueva era digital.
Mediante un enfoque innovador, GELLIFY alinea la gobernanza de los datos con las expectativas que tienen las empresas, contrastándolas con los desafíos y las limitaciones de los métodos tradicionales. Según Diego Fernández, CEO & Cofounder de GELLIFY Iberia, “la clave está en que priorizamos una implementación práctica y ágil ante la teoría. Nos centramos en el valor de negocio, que influye profundamente en nuestra estrategia de gestión de los datos”. GELLIFY indica seis pilares esenciales para comprender la gobernanza de datos dentro de una organización.
El marco de la gobernanza: incluye la política, los estándares y estructuras fundamentales que establece dicha gobernanza de datos dentro de la organización.
Arquitectura de los datos y su integración: diseño y configuración de los sistemas de datos y servicios.
Cambios culturales y creación de capacidades: el grado en que una organización ha inculcado una cultura basada en datos; alfabetización de los datos, la eficacia de la comunicación interna sobre iniciativas de datos y la inversión en formación en gobernanza de datos.
Medición del desempeño y gestión de riesgos con métricas y herramientas de asistencia.
Gestión de datos de calidad mediante un conjunto de procesos y controles para mantener la alta calidad.
Seguridad de los datos y cumplimientos mediante protocolos que garanticen la seguridad activa de los datos con respecto a personas no autorizadas y/o infracciones.
El objetivo de GELLIFY es proporcionar a las empresas profundos conocimientos en torno a la situación actual de la gobernanza de datos y ofrecerles las recomendaciones estratégicas para avanzar en ella. Su metodología bidimensional garantiza una experiencia integral y una estrategia efectiva. La primera dimensión comienza con una fase de diagnóstico exhaustivo. En esta etapa, se profundiza en la comprensión del estado actual de los sistemas de datos, identificando las fortalezas, debilidades y áreas potenciales de mejora.
Tras el diagnóstico, arranca la segunda fase, que implica una serie de pasos cuidadosamente planificados: prescripción, terapia y, finalmente, la implementación sustentada de los seis pilares centrales.